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 domingo, 03 de diciembre de 2006  
Dermatitis de estación: piel de verano

El sol es protagonista absoluto del verano en lo que a piel se refiere; su efecto es acumulativo a través de los años, y por eso hay que cuidarse del temido melanoma, que es el mayor de los riesgos que trae aparejado tomar sol en exceso o sin protección. Pero además de las quemaduras por el sol, la piel sufre con la llegada de la estación cálida. "Dejando de lado el problema de las enfermedades causadas por la radiación ultravioleta (UV) -explica la doctora María Antonia Barquín, médica dermatóloga del Hospital Francés, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología y docente en las cátedras de Dermatosis de las universidades de Buenos Aires y del Salvador- las dermatitis más comunes en el verano tienen que ver con el calor, con el aumento de la temperatura y la transpiración".


Transpirando la camiseta
La sudamina es una de las más comunes, y es una lesión que aparece en las zonas de roce, fundamentalmente en los pliegues y el tronco. Es muy común en los bebés y en los niños muy pequeñitos, pero también en los adultos. Tiene que ver con que, con el aumento de la transpiración, como consecuencia del aumento de la temperatura ambiental, se obstruyen las salidas de las glándulas sudoríparas, que son las que regulan la temperatura. Las lesiones son unas micropápulas rojas, que pueden causar prurito. La sudamina es una enfermedad relativamente benigna, y que cede tratándola con compresas frías, hielo o té de manzanilla helada.

El otro extremo -aunque de por sí puede causar, también, dermatitis de contacto en las áreas de roce- es la hiperhidrosis, en la que se presenta un exceso de sudoración (en las axilas, en el torso y en las palmas de las manos).

Ciertas bacterias, al descomponer la sudoración, producen la bromhiperhidrosis, caracterizada por un exceso de olor desagradable en la transpiración. El aumento de la sudoración genera de por sí un aumento de la descamación plantar, y también la queratolisis punteada (la piel se ve con un área blanquecina con pequeñas depresiones puntiformes que se llaman queratolisis).

Propio del verano es el aumento de los hongos que atacan la piel. Ayudan a su propagación tanto la humedad excesiva de la piel como el mayor contagio en sitios como gimnasios y piletas. Usar sandalias, medias de algodón y evitar el calzado cerrado son las medidas preventivas más eficaces que la doctora recomienda para evitarla.


Como falsas quemaduras
Tirarse en el jardín o en el pasto tiene sus riesgos también. Las fitofotodermatosis son producidas por algunas plantas, especialmente las de hojas más carnosas. "Aparecen por alguna sustancia química fotosensibilizante contenida en la savia, y que al alcanzar la piel y con el aporte de la acción de los rayos solares, genera una dermatitis por contacto", explica la doctora Barquín. La ruda -Ruta Graveolens- el jazmín del país, el "jazmín de leche" y las enredaderas trepadoras están entre las principales especies responsables de estas molestas afecciones.

La reacción que se produce en las fitofotodermatosis -y que no se manifiesta de manera inmediata, sino aproximadamente a las 24 horas del contacto, según aclara la doctora- es lacerante, como si quemara la piel, y no es sistémica sino que se produce exclusivamente en la zona de contacto. Primero con un enrojecimiento, luego con una pigmentación marrón sobre la herida.

La especialista cuenta que muchas personas concurren muy asustadas al hospital cuando se les presenta, porque el cuadro "es muy vistoso" y a menudo no es percibida la causa.


Bichos y algo más
La exposición a las picaduras de insectos también suele ser mayor en el verano. Las picaduras de mosquitos, arañas, hormigas negras o gatas peludas pueden producir reacciones muy diversas, cuya magnitud siempre depende del caso y de las características inmunológicas de la persona.

Lo que sí advierte Barquín es que en un niño pequeño, cuando aparezca una lesión nodular y profunda, roja, y haya una sospecha de que hayan sido picados por un insecto, "se debe concurrir de inmediato a un centro de asistencia médico porque los chicos a veces pueden hacer trastornos generales de coagulación a causa de una picadura de insecto, que se puede volver muy tóxica".

El lupus eritematoso, una enfermedad sistémica más frecuente en mujeres que en varones, puede recrudecer en sus manifestaciones cutáneas por la acción del sol. Para estos casos la doctora recomienda el uso de fotoprotectores de amplio espectro (con un factor de protección mayor que 30), que combinen la protección contra los rayos UVB y UVA, que sean de marca conocida y resistentes al agua.

Marcelo Rodríguez
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