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domingo,
03 de
diciembre de
2006 |
Gisela Marziotta: ellas tienen la palabra
Decisión, sexo, mito, enamoramiento, fidelidad, miedo, belleza, reloj biológico, cuento, género y soledad. La lista de palabras puede parecer una confesión de alguien, y en cierta medida lo es. Pero además contiene los nombres de los once capítulos que componen "Contrato de señoritas", el primer libro de la periodista Gisela Marziotta, que busca dar cuenta de la problemática de las mujeres. Eso sí, la autora aclara que las temáticas si bien fueron pensadas en clave femenina, no excluyen a los hombres. Es más, Marziotta los desafía: "Ojalá se animen a leer un libro de tapas color rosa, como el mío, sentados en un bar".
Ya desde el título, el libro marca territorio. Alude a los contratos para maestras que se aplicaban en Perú, en 1923, en los que se exigía a las aspirantes que no se maquillen ni usen colores estridentes en sus vestimentas. El texto de uno de estos documentos hace de ilustración de la contratapa del libro.
A esto se suma otra frase que integra la portada: "Ni putas, ni sumisas". Se trata de un eslogan utilizado por una organización francesa que lucha contra la discriminación de la mujer, especialmente de aquellas que integran comunidades musulmanas. Estas características, sin dudas, marcan el perfil del libro y el lugar desde el cual Marziotta eligió pararse para escribir.
-¿El libro juega con temas entre la ficción y la realidad?
-Son once capítulos, con once temas distintos, planteados cada uno como una unidad. Tratan temas que le ocurren a las mujeres, contados por mí, pero que necesitan siempre de la presencia de un varón para que suceda lo que se relata. Por ejemplo, el primer capítulo se llama "Decisión" y trata sobre un aborto, donde está claro que necesitás de la presencia de un varón para que eso pase. En cada capítulo cuento una historia y además hay una entrevista con un especialista sobre la problemática a la que alude, y una especie de conclusión de tono más periodístico.
-¿Los relatos son autorreferenciales?
-Bueno, en realidad partiendo de que los escribo yo, soy yo sobre esos temas, no puedo salirme. Los hechos que cuento son verídicos, no todos me sucedieron a mí, pero sí ocurrieron. De todos modos, siempre digo que es como que al escribirlos me pasaron a mí porque te ponés en la piel de la persona.
-¿Por qué escribiste este libro?
-El año pasado hacía unas columnas en el programa de radio de Jorge Lanata y tuve ganas de reunirlas en un libro. Después, cuando comencé a trabajar sobre ellas para editarlas había que acortar algunas y alargar otras. Ese libro comenzó a convertirse en otra cosa que al final no tuvo nada que ver con los materiales originales. Empezó en esas columnas radiales pero terminó en otro lado. Y ahora lo estoy adaptando para teatro. El productor es Fernando Peña y se estrenará en abril próximo.
-¿Quiénes esperás que lean tu libro?
-Entiendo que la recepción mayor vendrá de parte de las mujeres. Nosotras somos las que más leemos. Y bueno..., los varones con una tapa rosa, no sé... No sé cuántos tipos se animan a leer un libro de tapas rosas mientras se toman un café, quizá si le ponen un forro a la tapa se animen (risas). Pero los varones que lo leyeron se dieron cuenta que el libro no es feminista porque está lejos de serlo, porque el varón está incorporado en todo lo que pasa y de hecho el libro termina aceptando la necesidad de compartir, ese estar de a dos. Me encantaría que los varones se animen a comprarse un libro de tapas rosas. Está bueno como desafío.
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