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domingo,
03 de
diciembre de
2006 |
Shiatsu y belleza: la salud como un todo
La preocupación por la belleza es algo que ha caracterizado siempre al ser humano. Pero lamentablemente, en los últimos tiempos nuestro afán por acercarnos a ese ideal ha causado estragos. Sobre todo en lo relacionado con nuestro peso, ya que los ideales que proponemos son en muchos casos inalcanzables para la mayoría.
¿Porqué no pensar la belleza de una manera más integradora? Según el maestro Masunaga, uno de los referentes más importantes del masaje shiatsu, la salud, a la que podríamos considerar como un proceso de crecimiento integral en lo mental y físico, es un requisito de la belleza real.
Los criterios que permiten medir el exceso de peso se basan en los kilos de las personas de una altura en particular. Sin embargo, estos criterios no guardan una relación directa con la apariencia, su facilidad y gracia de movimientos, o su sensación de bienestar. El principal problema que hay que enfrentar cuando resulta evidente que nuestro peso es excesivo, es la condición desequilibrada de nuestra vida y, en consecuencia, la susceptibilidad a la enfermedad. Por lo tanto, el esfuerzo por controlar el propio peso debe ser idéntico al intento de restaurar el equilibrio en nuestra vida.
Si bien la obesidad no puede considerarse como una enfermedad en sí misma, es una condición que lleva a numerosos problemas físicos, y en los casos extremos, dificulta la realización de las actividades cotidianas.
La causa de la obesidad puede explicarse simplemente como un exceso de calorías en la ingesta alimenticia que excede con mucho el gasto de energía. El exceso de calorías se acumula gradualmente en el cuerpo en forma de grasa. En muchos casos, los individuos obesos ni siquiera son conscientes de que comen demasiado, y a menudo hacen mucho ejercicio. Pero aunque a una persona se le diga que coma menos y haga más ejercicio, no resulta fácil, sobre todo si esa persona no está convencida de que es esa la causa del problema. Además, la dieta puede reducir el nivel de energía, y hacer demasiado ejercicio puede tensionar el corazón.
La potencialidad de los seres humanos, tanto mental como física, varía mucho de una persona a otra. Sólo las actividades realizadas como respuesta a una necesidad profunda encuentran un mayor cumplimiento en la vida, lo que induce a cambios profundos y duraderos. Por esa razón, en lugar de hacer ejercicio para mejorar el aspecto es mejor trabajar para alcanzar el máximo nivel de efectividad personal en todas las áreas de la vida.
Aceptación de la diversidad
El enfoque globalizador de la medicina oriental, en la que se intenta tratar a la totalidad de la persona, basada en el principio de nutrir la vida y en la aceptación de la diversidad, sostiene que la salud y la belleza, estriban en mejorar el proceso de la vida, único para cada persona.
Desde el shiatsu, si alguien desea aplicar plenamente la medicina oriental para mejorar el aspecto, el tipo de una persona (el desequilibrio de los meridianos), que explica las diferencias individuales, deberá ser la consideración básica desde la cual comenzar.
Los tipos, de acuerdo con los meridianos, son una representación de las tendencias esenciales de cada individuo, que se relacionan con el entorno familiar y laboral tanto como con las actitudes y los hábitos personales. Estos tipos son una clasificación de los desequilibrios en los meridianos.
Desde el shiatsu el enfoque básico consiste en considerar los problemas físicos como desequilibrios en la circulación de la energía y esto se aplica también en el caso del exceso de peso. La solución está siempre en la recuperación del equilibrio energético.
El terapeuta averigua el tipo de desequilibrio desde una perspectiva global y categoriza todas las condiciones físicas y psicológicas de acuerdo con los meridianos. La reducción del peso no se diferencia de la curación de la enfermedad, y la dieta no se separa de los factores psicológicos. Con respecto a esto se pueden distinguir seis tipos básicos de obesidad, relacionados con las seis parejas de meridianos ying-yang.
Los meridianos son senderos por donde circula ki, palabra japonesa que expresa la interrelación dinámica de las fuerzas vivas en la naturaleza. En los seres humanos los meridianos también se definen como canales de energía magnética viva en el cuerpo que a veces pueden asociarse con el funcionamiento de los órganos.
La percepción de los antiguos chinos hizo que fijaran su atención en la acción de ki, y ésta fue finalmente sistematizada en doce meridianos agrupados en seis parejas compuesta cada una por un yin y un yang. Tenemos así seis tipos correspondientes a cada par de meridianos. Mencionaremos entonces, según Masunaga, cuáles son algunos de los desequilibrios que se producen según los tipos:
El tipo A corresponde a los meridianos de los pulmones y el intestino grueso. Las personas de este tipo suelen ser muy tranquilas, de tez pálida y una piel fina que suda muy poco, su cuerpo tiene un aspecto general redondeado y la grasa se acumula en lugares que deberían estar delgados para que el movimiento fuera más sencillo.
El tipo B corresponde a los meridianos del bazo y el estómago. Pertenecen a este grupo las personas nerviosas que comen demasiado rápido y hacen muy poco ejercicio en relación con la cantidad de alimento consumido. Suelen preferir los dulces y los alimentos con un alto contenido líquido. Estas personas tienden a eructar y liberar gas a menudo y suelen quejarse de tensión en el hombro, así como dolor en la articulación de las rodillas. Suelen acumular grasa en el pecho, estómago y piernas, pero, a pesar de ello la piel de los brazos y las piernas suele estar seca y áspera.
El tipo C corresponde a los meridianos del corazón y el intestino delgado. Los que pertenecen a este tipo de obesidad tienen muy poco autocontrol. La cintura es grande y fofa, y la distinción entre muslos y el torso no resulta evidente porque las caderas y las piernas son igualmente grandes. Sufren también de gran tensión y rigidez entre el cuello y los hombros, y a menudo se quejan de dolor de cabeza o vértigo.
El tipo D corresponde a los meridianos de los riñones y la vejiga. Este tipo de personas suelen tener una apariencia hinchada, se fatigan con facilidad. Suelen sudar más en el rostro y las manos y tienden a retener líquido en el cuerpo. En lugar de tomar una comida completa suelen estar tomando bocaditos todo el tiempo.
El tipo E se vincula con el meridiano del corazón. Las personas de este tipo suelen engordar sobre todo en la parte superior del cuerpo, teniendo mayor volumen en cuello, hombros y brazos. El estómago suele estar distendido más por causa de los gases que por la grasa. Todo el cuerpo parece estar tenso e hinchado y a menudo carecen de resistencia, teniendo muchas dolencias en todo el cuerpo.
El tipo F corresponde a los meridianos del hígado y la vesícula biliar. Las personas con este tipo de obesidad suelen tender a trabajar con mucha energía y a comer y beber mucho. El estómago suele ser voluminoso, y en algunos casos el tamaño de la cintura sigue creciendo hasta llegar a un punto preocupante. Por lo general, suelen tener un cuello grueso y abrumarse de trabajo y de responsabilidades. El abdomen y el pecho son muy grandes y con dieta no logran reducir de peso.
Recordemos que la empresa más importante de nuestra vida es la búsqueda del conocimiento de nosotros mismos.
Raquel Elorza
Terapeuta en shiatsu
[email protected]
Fuente: "Ejercicios de imaginería Zen.
Ejercicios para una vida integral".
Shizuto Masunaga
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