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domingo,
03 de
diciembre de
2006 |
En Foco. Segundo paro agropecuario de la era K
En Foco. Segundo paro agropecuario de la era K
Las dos principales entidades agropecuarias, o al menos las que concentran el mayor número de productores, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y Federación Agraria Argentina (FAA), lanzaron desde hoy y hasta el lunes 11 un nuevo paro agropecuario, el segundo que le realizan a la administración de Néstor Kirchner.
A diferencia de otras épocas, donde la medida del campo expresaba reclamos comunes, en esta ocasión se llega por efecto de la bronca, pero la que producen medidas muy disímiles que terminaron juntándose en una protesta bajo el mismo sentimiento de rechazo a la política oficial.
En el medio, el gobierno intenta desactivar la medida agregando un nuevo condimento: el chismerío político de entrecasa. A poco de anunciado el paro la ministra de Economía, Felisa Miceli, acusó a los dirigentes de FAA de sumarse a la protesta porque el gobierno no les dio un cargo político y así logró embarrar la cancha.
Lo cierto es que más allá del cruce de acusaciones, al interior de las entidades la línea de pelea no es la misma. Por un lado CRA muestra su disgusto por las constantes intervenciones del gobierno en el mercado de granos. Primero fue el trigo -que dejó al mercado sin precios y a productores acumulando mercadería para ver lo que se viene-, después el maíz y varios y sucesivos retoques sobre las exportaciones tanto de granos como de carnes, a lo que se le suman las veladas listas de precios que según aseguran los operadores operan de oficio en los mercados tanto de Liniers como de granos.
Del otro lado, FAA apunta su queja a la desidia oficial en temas clave como la agricultura familiar o los precios de los granos y apunta a un mayor intervencionismo del Estado, incluso para recrear las viejas juntas nacionales de granos y carnes.
Lo cierto es que más allá de las últimas medidas que ensayó el gobierno en estos días para implementar un fondo compensador para el trigo proveniente de la diferencia entre el precio de exportación y uno de referencia para el productor, lo que logró en los últimos tiempos fue unir aquello que la ideología y las diferencias políticas habían separado, y ahora deberá enfrentar el costo de un nuevo paro agropecuario que amenaza con paralizar la comercialización y trastocar aún más el escenario de precios y el humor de los consumidores.
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