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 domingo, 03 de diciembre de 2006  
Defendamos los recursos pesqueros

Si tenemos en cuenta el recorrido del río Paraná por algunas de las provincias cuyas costas son bañadas por sus aguas, llegaremos a la conclusión que durante muchos años nos mintieron aquellos seudos líricos que nos decían que no podíamos hacer nada en Santa Fe hasta tanto no haya una legislación única en todas las jurisdicciones. Incluyendo las tristemente célebres declaraciones de nuestro gobernador al fundamentar el reciente veto relacionado con la ley que vedaba la pesca del sábalo. En la provincia de Corrientes, el Paraná tiene unos 600 kilómetros de costas, de las cuales sólo 60 kilómetros están habilitadas para la pesca comercial. En dicha provincia, ya es una tradición que durante la época de la veda, el gobierno subsidia con una ayuda social a los pescadores comerciales (este año el aporte fue de $ 500 por familia). Salvo a la altura de Goya _donde existen áreas de reservas naturales o protegidas, como las de los arroyos Isoró y Soto (pesca y devolución)_ en el resto el río Paraná viene encajonado. Prácticamente no tiene delta. En la provincia del Chaco sólo se pesca comercialmente en unos 30 kilómetros a la altura de Resistencia. Entre Ríos sólo tiene delta desde Diamante para bajo. Desde La Paz hasta Diamante el Paraná va encajonado, conociéndose algunos casos de reconversión de la pesca comercial en deportiva en la zona de La Paz. Santa Fe tiene 700 kilómetros de costa, en los cuales está habilitada la pesca comercial en... 700 kilómetros. En la mayoría de su recorrido en nuestra provincia el Paraná tiene un delta único. Diferente al resto de las provincias. Riachos, arroyos, esteros, bañados, un valle de inundación de casi 30 kilómetros en algunas partes hablan a las claras de una geografía diferente. Y por ello necesitamos una legislación propia. Debemos ser coherentes. Si pregonamos fomentar el turismo a través de la pesca _cuyas especies más preciadas son el surubí y el dorado_, estamos escupiendo para arriba. Porque dichas especies necesitan del sábalo como alimento. Y los sábalos: ¿dónde estarán?

Héctor Daniel Cucit, DNI 11.879.233

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