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 domingo, 12 de noviembre de 2006  
Buenos Aires > San Cayetano
Cazones y pejerreyes

Comenzó en el balneario atlántico bonaerense de San Cayetano la temporada de pesca de cazones, que se extenderá hasta diciembre, y continúa la captura de pejerreyes, una práctica deportiva que abarca todo el año.

Además de un excelente pesquero, San Cayetano es uno de los destinos turísticos emergentes de la provincia de Buenos Aires, partido que según el último censo tiene 8.243 habitantes.

Entre diciembre y febrero las más codiciadas de la pesca son las corvinas, y desde los barcos -que se internan en el mar entre uno y seis kilómetros- lo son el falso salmón, los cazones y los tiburones. La gran fiesta, que reúne a pescadores y turistas, es el torneo "8 Horas de Pesca Variada de Mar", que se realiza el primer fin de semana de febrero con la participación de unas mil cañas.

El partido de San Cayetano se creó el 24 de octubre de 1958, cuando los vecinos formaron la Junta Ejecutiva Pro-Autonomía de San Cayetano, para independizarse de Necochea.

Un hecho político, como fue la elección a senador nacional de uno de sus habitantes, don Hernán Apezteguía, les allanó el camino hacia la autonomía por la que venían luchando.

La historia del lugar comenzó en 1907 con la llegada del tren, cuando se inició una etapa de desarrollo y otro vecino, Victorio de la Canal, donó tierras para la estación ferroviaria. En homenaje a su padre, Cayetano de la Canal, -que fue cofundador de Necochea y había muerto en 1855 en el combate de San Antonio de Iraola-, la nueva estación se bautizó con su nombre, que también es el del santo del pan y el trabajo.

La prosperidad que trajo el tren se reflejó en el aumento de habitantes que se afincaron junto a la estación, que en 1914 ya eran tres mil. Fue entonces que el político y hacendado Pedro Nolasco Carrera le pidió al gobierno provincial que lo declarara pueblo, razón por la cuál se lo considera su fundador.

El gobierno aprobó el pedido y de inmediato el martillero Ramón Tristany realizó el loteo de las tierras, surgiendo las primeras casas de material, y otras de adobe, y el almacén de ramos generales Casa Echegoyen, que fue el primer comercio.

Hasta que en 1919 un ciclón se cobró vidas y causó destrozos materiales, que no fueron fáciles de reconstruir. Pero dos años más tarde el partido ya tenía unos cien comercios, lo que decidió al Banco de la Nación a abrir una sucursal.

La devoción por San Cayetano surgió espontáneamente, y si bien el proyecto de levantar una iglesia para el santo fue uno de los primeros, recién se pudo concretar en 1933.

Desde entonces cada 7 de agosto los fieles de toda la región participan de una procesión con la imagen del Santo, en la que entre cánticos y plegarias se reparten las espigas y el pan. La villa balnearia, en el sudeste del partido, también surgió de una acción solidaria de la familia Sáenz Rozas, que en 1968 donó 200 hectáreas de tierras junto al mar.

Esta familia posee el establecimiento Santa Catalina en Cristiano Muerto, otro de los pueblos del municipio, cercano al arroyo del mismo nombre. Desde estos días y hasta el fin del verano, el balneario con sus pequeñas bahías, las dunas que lo protegen del viento y las rocas negras, es uno de los reductos más apacibles de la costa.

Mariana Martínez, la subdirectora de Turismo de San Cayetano, dijo que disponen de un hostal y un hospedaje, además de una buena oferta de departamentos y casas para alquilar y de dos campings.

La historia de la colonización está presente en otras localidades del municipio, como Luis Deferrari, uno de los dueños de las tierras donde se instaló la empresa Ferrocarril del Sud.

Allí se afincó la colonia ferroviaria y el hotel Amuchástegui Hermanos, mientras que la estación Lumb recuerda a "mister" Eduardo Lumb, un inglés que llegó con la empresa ferroviaria y que impulsó la línea de trenes.
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