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domingo,
12 de
noviembre de
2006 |
Un favor especial
"Nuestra labor es muy estresante. Por eso trabajamos en grupo y nos recostamos en los compañeros. Si se nos saltan las lágrimas, hay alguien que siempre te escucha. Y ya te aflojaste. A nosotros también se nos caen las lágrimas porque somos sensibles", cuenta Silvia Cavalini. "Me tocó el caso en el que tenía que hacer la autopsia a un muchacho al que un colectivo le había pisado la cabeza y llegaron las hermanas con un grabadorcito. Entonces me pidieron por favor si podían estar presente en la autopsia. Y les dije que era muy traumático porque el que estaba sobre la mesa era el hermano. «¿Le puedo pedir un favor?», me preguntaron. Nosotros estudiamos reiki y creemos en la elevación del espíritu. Y me dieron un grabador con música reiki porque, dijeron, «lo va a ayudar a elevarse». Durante la autopsia lloramos todos. Imaginate la sala de autopsia con esa melodía. Me la pase llorando", comentó.
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