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domingo,
12 de
noviembre de
2006 |
El líder Boca venció a Quilmes y mantuvo la diferencia
El puntero Boca Juniors venció a Quilmes por 3 a 1 y mantuvo la ventaja de cuatro puntos en la cima de las posiciones del torneo Apertura cuando quedan 12 puntos en juego.
Los 'xeneizes' tienen ahora como único perseguidor a Estudiantes, de La Plata, que en la víspera venció por el mismo marcador a River Plate, ahora situado a siete unidades de su clásico rival.
Dos tantos de Martín Palermo, el segundo de tiro penal, y el restante de Rodrigo Palacio le dieron forma al triunfo auriazul, en tanto un ex Boca como el juvenil Sebastián Rusculleda, a préstamo en Quilmes, convirtió el único tanto de los 'cerveceros'.
Boca ganó con comodidad a partir de un claro dominio ejercido desde el comienzo del juego.
Las situaciones de gol de los locales comenzaron a generarse antes de los diez minutos y a los 20 llegó una vieja fórmula a salvar a los de Ricardo La Volpe: centro de Guillermo Barros Schelotto y cabezazo a la red de Martín Palermo.
En lugar de aflojarse la presión de Boca se incrementó, ya que con dinámica y buen juego se lanzó sobre las barbas de Damián Grosso, aunque no encontraría su recompensa en lo que restaba de la primera etapa.
Recién a los 5 minutos del período final el local volvió a codearse con la red cuando el bahiense definió con categoría un mano a mano con Grosso.
Pero inmediatamente otro conocedor de la Bombonera como Rusculleda determinó el descuento de los visitantes después de un tiro de esquina.
Ese tanto acicateó a Quilmes y aguijoneó a Boca para asegurar la victoria, lo que volvió entretenido y dispudado el partido, con un ida y vuelta muy atractivo.
Hasta que a los 32 minutos lo voltearon a Palermo dentro del área y el 'Titán' se encargo de sellar el resultado desde los doce pasos con un potente zurdazo.
Sobre el final los quilmeños estuvieron a punto de reducir otra vez la diferencia pero el remate de Rusculleda pegó en el travesaño, picó en la línea de sentencia y salió.
La dignidad de Quilmes merecía ese tanto y la fortaleza de este Boca nuevamente inexpugnable acreditaba la victoria. Los dos se fueron con aplausos, aunque miren sus presentes desde dos realidades absolutamente opuestas. (Télam)
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