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domingo,
12 de
noviembre de
2006 |
Climaterio femenino: tiempo de reacomodamientos
El climaterio anticipa y continúa el episodio menopáusico. Ambos términos derivan del griego: klimakter (peldaño, período crítico); men (mes lunar), y paysis (pausa o detención del mes lunar).
Climaterio y menopausia aluden a vivencias femeninas relacionadas también con la comunicación intrapersonal así como interpersonal y social. Porque en una comunidad se habla y se calla de acuerdo a las ideas que se tienen y a los juicios que se formulan sobre diferentes acontecimientos vitales, lo que crea una especie de consenso muchas veces ni siquiera explícito sobre lo que cabe esperar, sentir o hacer frente a determinados hechos o situaciones.
Adherimos a la definición de climaterio que lo enfoca como una etapa en la vida evolutiva de las mujeres, que puede implicar crisis en el sentido de necesidad de reacomodación a un cambio. Una crisis psicológica significa enfrentarse con un momento trascendente, que genera sensaciones diversas de acuerdo a la vida y cultura de cada persona; afecta la subjetividad y el cuerpo, y pone en movimiento mecanismos de adaptación para la situación.
Menopausia y climaterio integran tiempos de la vida femenina, pero no son entidades necesariamente relacionadas con patologías. Constituyen procesos vitales que se reflejan en todos los niveles de la personalidad de la mujer: psíquico, físico, espiritual y social. Estos aspectos son instrumentados por el cuerpo, a través del cual cada persona se expresa y relaciona y también le llegan a su interioridad los mensajes del contexto social.
Es a través del cuerpo como instrumento de ser y estar en el mundo que se despliega la subjetividad. Contemplar el tema desde esta perspectiva complejiza su consideración, pero también ayuda a considerarlo en forma integral previniéndonos de fragmentar esa unidad preciosa que es la criatura humana.
El enfoque que proponemos tiene en cuenta que nuestra subjetividad se expresa a través de nuestro cuerpo y que el cuerpo no es un organismo solamente, sino que también es el lugar en el que se inscriben los señalamientos de la cultura. Esto es útil para no asignar al fenómeno climatérico cuestiones que se refieren a otros aspectos de la realidad.
Existe un abanico múltiple y diverso en cuanto a las experiencias de las mujeres que atraviesan esta etapa. El climaterio no es vivido en forma igual por todas, en tanto es un hecho personal aunque se experimente en un contexto sociocultural que compartimos.
Climaterio y menopausia tendrían que ser consideradas etapas que modulan en dos vertientes: una privada e individual y otra pública, social y política. El aspecto privado refiere a un hecho personal, conectado con la psicología del cuerpo ligado a la historia individual de cada mujer. Mientras, la faceta pública y social está relacionada con las construcciones médicas, morales y éticas que una sociedad realiza sobre los diversos episodios que a lo largo de la vida transita la salud femenina.
También resulta un tema político, porque las ideas, especulaciones y decisiones que lideren esta temática incidirán en todas la mujeres y se instalarán en las representaciones de la comunidad a que ellas pertenecen.
En tanto no se trata simplemente de hechos individuales o aislados, climaterio y menopausia tienen descripciones y representaciones culturales que vienen a nuestro encuentro desde el marco social en que vivimos, y tendrán particulares correlatos en distintos tiempos históricos y en diferentes zonas geográficas.
En las representaciones de nuestra sociedad actual hay un lugar desvalorizado y triste para la menopausia. Estas consideraciones devaluadas están relacionadas principalmente con que su aparición cancela la capacidad reproductiva de las mujeres. Sin embargo, existe una versión positiva con respecto al episodio menopáusico que aprecia la autonomía y libertad que emergen de la independencia de los ritmos femeninos.
También es cierto que -en ocasiones- la expresión de estas percepciones puede entrar en conflicto con pautas culturales instaladas en una comunidad. De hecho, la ausencia de méritos que reviste la menopausia en nuestro universo social, no es asimilable a todas las culturas. En algunas, las mujeres se prestigian con su llegada y entran a formar parte de niveles de decisión y poder que las jerarquizan socialmente. En correspondencia, estas mujeres no presentan -por ejemplo- lo que llamamos golpes de calor que solemos padecer quienes pertenecemos al mundo occidental.
Conviene asumir que las mujeres menopáusicas son personas que no han agotado sus registros humanos, solamente algunos que atañen a la maternidad biológica. En cambio toman lugar otros relacionados con la autonomía; la experiencia; la sexualidad; el placer sin temor al embarazo, etcétera.
Ya en el Congreso sobre Climaterio y Menopausia que se llevó a cabo en La Plata en 1994 el doctor Gurrucharri, ginecólogo argentino, decía que la mujer menopaúsica no puede evaluarse solamente por su dosaje de hormonas.
Por su parte, nuevas orientaciones de la psicología informadas por los estudios de género están visualizando y ayudando a la concientización de perspectivas que iluminan y valorizan este tiempo de la vida femenina.
El avance científico y los conocimientos podrán ampliarse en la medida que también incluyan escuchar sin prejuicios a las mujeres protagonistas. Las personas estamos condicionadas por las prácticas de los sistemas sociales a que pertenecemos, pero también podemos transformar y recrear aspectos de tales sistemas con un sentido de la vida que permita mejorar nuestra existencia.
Cristina Cáceres Hanzich
www.comunicacioncapacitacion.com
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