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jueves,
09 de
noviembre de
2006 |
Reunión entre Bush y la próxima jefa de la Cámara de Representantes
Washington.- El presidente George W. Bush mantuvo un diálogo amable con la próxima presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, después que los demócratas derrotaron al oficialismo republicano en los comicios legislativos.
El encuentro, sin embargo, fue después de entregarle a los líderes de su partido una lista con sus prioridades legislativas, que quiere sean aprobadas antes que asuma el nuevo Congreso, que a diferencia del actual estará controlado por la oposición demócrata.
Después de una fuerte campaña que en algunas oportunidades incluyó el intercambio de mordaces acusaciones con Pelosi, los dos líderes almorzaron en la Casa Blanca.
Tras un encuentro privado de una hora, ambos aparecieron en público y enfatizaron que tuvieron algunos puntos de acuerdo e ignoraron hablar sobre problemas puntuales, como sus diferencias por la guerra en Irak. Ninguno de los dos, sin embargo, pasó del todo por alto que con frecuencia están en desacuerdo.
“Cuando uno gana, tiene la responsabilidad de hacer lo mejor que puede por el país”, expresó Bush, mientras el vicepresidente Dick Cheney permanecía sentado a su izquierda. “No estaremos de acuerdo en cada uno de los temas, pero coincidimos en que queremos lo mejor para nuestro país”, sostuvo.
Pelosi, por su parte, agregó que “ambos estrechamos la mano de la amistad y la sociedad para resolver los problemas que enfrenta nuestde una manera que consiga resultados”, agregó.
Bush invitó a Pelosi después de los comicios de esta semana que llevarán a los demócratas a controlar la Cámara de Representantes y el Senado en sus últimos dos años como presidente.
Más temprano, tras reunirse con su gabinete y líderes republicanos de ambas cámaras, el presidente esbozó sus prioridades legislativas para el actual Congreso, cuyos integrantes cambiarán en enero.
Entre las iniciativas que Bush espera sean aprobadas figuran proyectos de financiamiento de gastos del gobierno “con una fuerte disciplina fiscal y sin disminuir nuestra capacidad para librar la guerra contra el terrorismo”, legislación que autoriza retroactivamente la detención de presuntos terroristas, normativas sobre energía, y un histórico acuerdo de cooperación nuclear civil con la India y la normalización de las relaciones comerciales con Vietnam.
“Las próximas semanas van a ser de intensa actividad”, reconoció el presidente en el rosal de la Casa Blanca.
Bush presentó esos objetivos como una forma para que ambos partidos pasen por alto las diferencias partidarias.
Pero como los demócratas se oponen a varias de sus iniciativas, el pedido de Bush para que el Congreso apruebe sus proyectos -que tuvo lugar media hora antes de su reunión con Pelosi- podría complicar sus esfuerzos de acercarse a los demócratas.
Desde los comicios del martes, tanto Bush como Pelosi han presentado un tono conciliatorio. Ambas partes tienen mucho en juego.
Los últimos dos años de una presidencia son difíciles para cualquier ocupante de la Oficina Oval.
Pero sumado a eso Bush se encamina a un período peligroso después de los comicios que despojaron a su partido del control del Congreso, en una votación considerada como un revés a su gestión y a su liderazgo, especialmente por la guerra en Irak.
Los demócratas también tienen mucho por perder. Si son vistos como improductivos o demasiado opositores, corren el riesgo de perder la mayoría en dos años. La forma en que gobiernen también podría impactar las posibilidades de su partido de llegar a la Casa Blanca en el 2008. (AP)
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