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miércoles,
08 de
noviembre de
2006 |
Raúl Bisconti, el más bohemio del pueblo
Pudo haber sido un magistral arquero de la primera división profesional y hasta trascender las fronteras de su pueblo querido. Pero Raúl "Loco" Bisconti decidió otro destino. "Me dediqué al vinagre y al juego", suelta con sus 68 años y un dejo de picardía el memorable guardametas de Sportivo Bombal.
No son pocos los que señalan al "Loco" Bisconti como un personaje simpático. Testigo directo de miles de anécdotas futboleras y de las otras, el hombre fue un baluarte debajo de los tres palos. Dicen que fue a probarse a Rosario Central en la época del "Gato" Andrada y el mítico arquero canalla le regaló los guantes en homenaje al talento que demostró en una práctica.
Poco duró la excursión rosarina, y Bisconti emprendió viaje hacia su Bombal tras la primera práctica con el elenco rosarino. "Extrañaba el boliche, el juego, los amigos y el escabio", dice el "Loco" Bisconti; tío del recordado volante creativo de Rosario Central, David Nazareno Bisconti.
Cuenta una historia sobredimensionada a través del tiempo que tuvo su tarde de gloria en un cotejo en el que se enfrentaban el Sportivo Bombal e Independiente de Bigand. En ese cotejo decisivo atajó un penal increíble. "La pelota traía una velocidad fuera de lo común y Bisconti la sacó por encima del travesaño", contó Tony, un testigo de esa hazaña que hizo festejar a todo el pueblo.
Radical hasta la médula, hincha de San Lorenzo, solterón empedernido, y amigo de las copas. Así se describe a un personaje que hace un culto de la vida bohemia y las noches interminables. "A cualquier hora y en cualquier lugar se lo puede encontrar al «Loco». Es un tipo que camina por todo el pueblo y se prende en charlas interminables con los vecinos", relató Jorge.
Dicen que tuvo la posibilidad de cambiar de vida merced a un ofrecimiento realizado por su sobrino; David Bisconti. La idea era que ayudara en un campo que el ex volante canalla tiene en la zona de Murphy, pero no aceptó. Poco le duró esa nueva experiencia y el hombre volvió al pago chico.
"Alguien dijo que yo me fui del barrio. ¿Pero cuándo? Si siempre estoy llegando", escribió el genial Aníbal Troilo en su poema Nocturno a mi Barrio, luego hecho tango. Parece que el "Loco" le rindió culto a esta letra y volvió a caminar las calles de su Bombal querido, enfrascarse en cuanta charla hubiera y deambular de boliche en boliche. Toda una síntesis de este errante peregrino.
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