Elecciones bisagra. Hubo grandes demoras en el escrutinio por las fallas de las nuevas máquinas en al menos seis Estados

Los demócratas parecían encaminarse a una victoria

El partido opositor recuperó varias gobernaciones y senadurías, y ganaba terreno en la Cámara baja

Washington. - El opositor Partido Demócrata consiguió ganar un gran número de votos y bancas parlamentarias en varios Estados norteamericanos en las elecciones legislativas celebradas ayer, pero todavía quedaba abierto el escenario político en la costa oeste.

Tras el recuento de un porcentaje importante de los votos en gran parte de EEUU, todo parecía indicar que los demócratas podían ilusionarse con arrebatarle la mayoría al Partido Republicano del presidente George W. Bush tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes. La oposición también lograba importantes triunfos en gobernaciones.

El demócrata Deval Patrick fue declarado el ganador en Massachusetts, convirtiéndose en el primer gobernador negro del Estado, y el segundo en todo Estados Unidos. En Ohio, su correligionario Ted Strickland derrotó fácilmente al republicano Ken Blackwell. Ninguno de los dos Estados había elegido a un demócrata desde la década del 80.

Diez Estados tendrán nuevos gobernadores, lo que ya de por sí garantiza grandes cambios, especialmente si los demócratas logran revertir varios años de predominio de los republicanos a nivel de gobernaciones.

En Illinois, el gobernador demócrata Rod Blagojevich ganó unos comicios que los republicanos habían esperado que les resultaran favorables. En tanto, fue reelecta en Connecticutt la gobernadora demócrata Jodi Rell, al igual que sus correligionarios Ed Rendell, en Pensilvania; Phil Bredesen, en Tenesí, y John Lynch, en Nueva Hampshire.

En la fuerte contienda para suceder al republicano Jeb Bush en la Florida, su correligionario Charlie Crist superó cómodamente al demócrata Jim Davis. Asimismo, los primeros resultados señalaban una ventaja para los actuales gobernadores republicanos de Georgia y Carolina del Sur.

Los demócratas buscan eliminar el predominio republicano en cargos que no solamente permiten fijar políticas estatales, sino que pueden servir como plataformas para futuros candidatos presidenciales.

En California, el gobernador republicano Arnold Schwarzenegger parecía encaminarse sin problemas a su reelección, mientras en Nueva York el demócrata Eliot Spitzer mantenía una clara ventaja. En Texas, el gobernador republicano Rick Perry era el favorito sobre su oponente demócrata y dos candidatos independientes.

Los demócratas también lograron senadurías clave, que venían muy disputadas en los sondeos previos. Así ocurrió con Bob Casey en Pensilvania, quien venció al senador republicano Rick Santorum, que iba por su reelección. Santorum era hasta ahora el tercer republicano de mayor jerarquía en el Senado, y su derrota uno de los grandes objetivos demócratas. El senador hispano Robert Menendez ganó una dura compulsa en Nueva Jersey contra el postulante republicano, y en Connecticutt el independiente ex demócrata Liebermann se impuso, garantizando así un senador que en muchas oportunidades votará con sus ex compañeros.

En cuanto a la esposa de Bill Clinton, senadora por Nueva York, logró ampliamente su reelección, según los canales CBS y MSNBC. La ex primera dama derrotó a su rival republicano John Spencer. Pero los demócratas parecían lejos de lograr las seis senadurías de ventaja que necesitaban para lograr la primacía de la Cámara alta.

En al menos seis Estados debió postergarse el cierre de los comicios debido a las demoras que se originaron por problemas de funcionamiento de las nuevas máquinas electrónicas estrenadas ayer.

En algunos distritos de Georgia el cierre fue retardado en una hora, en un condado de Indiana fue postergado en casi tres horas, mientras que en dos condados de Pensilvania se concedió una hora más a los votantes. Extensiones de la apertura de las urnas fueron aprobadas también en las dos Carolinas y en dos circunscripciones en Illinois.


Los grandes temas en discusión
Según el sondeo realizado por la agencia Associated Press, tres cuartas parte de los electores consultados dijeron que la corrupción y los escándalos en que se vieron involucrados varios legisladores republicanos influyeron en su decisión y preferían a los candidatos demócratas para la Cámara de Representantes. Irak resultaba importante para dos terceras partes de los entrevistados, los cuales también favorecían a los demócratas.

Al cierre de esta edición los republicanos mantenían 46 bancas en el Senado y los demócratas 45, y dos independientes, con 9 aún en disputa. En el Senado los demócratas necesitaban ganar 6 puestos para recuperar el dominio de la Cámara alta. En Representantes, los republicanos habían revalidado 110 escaños y los demócratas 124, del total de 435 en contienda. Los demócratas ganaban 4 bancas en Representantes y dos en el Senado. En la Cámara baja los demócratas debían lograr al menos 15 bancas para recuperar su control. Todas las proyecciones indicaban que lograrían ampliamente este objetivo, y las dudas mayores se concentraban en si lograrían lo mismo en el Senado.

Ciudadanos norteamericanos votan en Smithfield, Virginia.