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 miércoles, 08 de noviembre de 2006  
Tendrá su primer hijo y dará esperanza de vida a otros niños
Será la primera donación al Banco Público de Sangre de Cordón Umbilical que se realice fuera de Buenos Aires

En pocos días más nacerá Francesca, la primera hija de Lorena Duralde y Leonardo Russo. Cuando eso suceda, su mamá se convertirá en la primera donante del interior del país del Banco Público de Sangre de Cordón Umbilical, que funciona en el Hospital Garrahan de Buenos Aires. Las células extraídas del cordón se podrán utilizar en pacientes, generalmente niños, que necesitan un trasplante de médula osea. Por eso, para Lorena, tener a su hija se convertirá en un acto con doble trascendencia: "Será como dar vida dos veces", asegura.

La experiencia se desarrollará por primera vez fuera de Buenos Aires, en el marco de un convenio firmado entre el Garrahan y el Sanatorio Británico. Centro asistencial que, en forma gratuita, se encargará de promover las donaciones y obtener las muestras de sangre de cordón umbilical entre las mujeres que se atienden en la maternidad.

A diferencia de otras iniciativas desarrolladas en Rosario, estas muestras integrarán un banco público y estarán disponibles para toda persona que las necesite. "Es una donación altruista, sin otro fin que brindar una esperanza a los pacientes que están esperando un trasplante de médula osea", asegura María Alejandra Matteaccio, una de las directoras del banco de sangre del Británico.

Los trasplantes de médula se usan para tratar numerosas enfermedades, pero muchas veces en la familia del paciente no se encuentra un donante compatible. En estos casos, la sangre de cordón umbilical puede utilizarse en su reemplazo, ya que contiene gran cantidad de células progenitoras hematopoyéticas (también llamadas células madre) que son las encargadas de producir glóbulos blancos, rojos y plaquetas.

El Banco Público de Sangre de Cordón Umbilical del Garrahan comenzó a funcionar el año pasado y es único en el país. Allí se almacenan unidades recibidas de maternidades de Buenos Aires. Y ahora también de Rosario a través del convenio suscripto con el Británico a principios del mes pasado.


Una mamá muy previsora
Cuando dé a luz, Lorena se convertirá en la primera rosarina donante de sangre de cordón umbilical. Una decisión que tomó con su pareja apenas se enteró de que estaba embarazada.

Se define como una mujer "muy previsora". Por esto, a los tres meses de embarazo ya había hecho una pormenorizada lista de todo lo que necesitaría para el bebé, a los siete ya tenía listo su cuarto y antes de cumplir los ocho había realizado dos consultas con la futura pediatra de su hija.

Pero mucho antes de todo esto, empezó a averiguar cómo podía hacer para donar la sangre del cordón umbilical. "Vi en la televisión que se había hecho una experiencia en la Maternidad Martin, me comuniqué con los médicos y ahí me enteré que existía esa posibilidad en el Británico -recuerda-. Y, cuando por fin pude firmar el acuerdo de donación, me emocioné más que con la primera ecografía, porque sentí que era lo más importante que había hecho por mi hija".

Lorena es maestra jardinera y si bien nunca tuvo ningún familiar o alumno que necesite un trasplante de médula, siente que el parto de su hija será doblemente importante "ya que podrá ayudar a que otro chico en otro lugar tenga una esperanza", señala, y agrega: "Voy a dar vida dos veces".


Sencillo y sin dolor
El procedimiento para la obtención de la sangre de cordón es simple y no tiene consecuencias negativas ni produce dolor a la madre o al bebé. "Después del parto, antes de que se desprenda la placenta del útero, se hace una punción de la vena umbilical para extraer la sangre", explica la profesional del Británico.

En total, se retiran entre 80 y 120 milímetros de sangre de cordón, que se colocan en una bolsa especialmente fabricada para esto. Durante 48 horas este material puede permanecer a una temperatura de 20 grados y este tiempo se utiliza para transportar las unidades a Buenos Aires, tarea que realizan agentes del Centro Unico de Donación, Ablación e Implante de Organos (Cudaio).

Una vez en el Garrahan, los tejidos se someten a controles de calidad y se tipifican las células madre que contienen. Este material, criopreservado, puede conservarse hasta 10 años y sus datos entran en un banco de datos a disposición de los médicos de todo el país y también de los bancos de sangre del exterior.

Para Matteaccio, contar con un reservorio de estas características en Argentina resulta fundamental. "La sangre recolectada y guardada allí tiene las características genéticas propias de nuestra población, ya que hace unos años los chicos que necesitaban un trasplante de sangre de cordón debían recurrir a bancos estadounidenses o europeos, donde las probabilidades de compatibilidad son bajas".

Así, quienes necesiten un trasplante tendrán una nueva esperanza.
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Lorena y Leonardo, orgullosos con su acto.

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