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 miércoles, 08 de noviembre de 2006  
Contagiados. El director del centro sanitario, Ricardo Oyola, no descartó una falla intrahospitalaria
Detectan sarna en pacientes y enfermeros del Pami II
Los empleados aseguran que los directivos minimizan el tema y que deben pagar el tratamiento de su bolsillo

Laura Vilche / La Capital

El director del Policlínico Pami II, Ricardo Oyola, confirmó ayer a La Capital que seis pacientes y doce enfermeros del centro sanitario padecen escabiosis, una enfermedad popularmente conocida como sarna (ver aparte). No obstante, un grupo de empleados que prefirió preservar su identidad, aseguró que ya son 22 los agentes contagiados y acusó a la dirección del Pami y a la aseguradora de riesgos del trabajo (ART) Asociart de no hacerse cargo de los tratamientos. Según dijeron, los empleados sobrellevan la enfermedad con muestras médicas y remedios que pagan ellos mismos.

Oyola no descartó una falla intrahospitalaria al decir que "el efector cuenta con todos los elementos de bioseguridad pero indudablemente hubo algún error".

La noticia se propagó en los últimos días tanto como la picazón de pacientes y enfermeros del segundo piso, sector clínica. Ayer mismo, cuando este diario se detuvo unos minutos en el área, se vio cómo algunos empleados se rascaban sin parar sus brazos y espaldas.

Según indicó Oyola, el problema comenzó el jueves pasado cuando ingresó un paciente con una supuesta dermatitis farmacológica en la piel. "Ya se le había hecho una biopsia, tenía prurito (picazón), y sobre esta lesión apareció la escabiosis. Creemos que el contagio comenzó a partir de ese caso", dijo.

No obstante, el médico aclaró que luego llegaron dos ancianas con el mismo cuadro, lo que agravó la situación.

"Son pacientes que derivan de los geriátricos, lamentablemente es muy común que los traigan de allí con sarna, una enfermedad íntimamente relacionada con la mugre", dijo por lo bajo una empleada del centro asistencial.

Pero este comentario no pudo confirmarse. Según consta en las planillas de ingreso a la internación, las dos pacientes arribaron al policlínico en ambulancia desde domicilios particulares.

La cuestión de rigor es por qué se propagó la infestación entre el personal. "Nosotros también nos preguntamos eso -reconoció Oyola-, contamos con todos los elementos de bioseguridad, pero indudablemente hubo una falla, los empleados nos piden que les avisemos cuando hay este tipo de infecciones, pero las prevenciones hay que tomarlas siempre ante un paciente con sarna, uno con hepatitis o uno con sida: siempre".

El directivo agregó que ayer mismo tuvo una reunión con las jefas de enfermería del sector y se les pidió que se refuercen las medidas de bioseguridad. "Empecemos por lavarse las manos, una medida vieja y sencilla que muchos profesionales han perdido, y luego hay que usar sí o sí guantes cada vez que se cambia a un paciente", sostuvo antes de asegurar que "el tema está controlado" y que pacientes y empleados están bajo tratamiento.


Otra versión
La versión de los agentes sanitarios del piso es muy distinta a la del director del policlínico. "Acá no se tomaron medidas cuando los empleados que se habían contagiado eran dos, si se los hubiera dejado faltar unos días y medicado correctamente, el contagio se controlaba; pero acá no nos permiten eso, la ART no nos reconoce el tratamiento y si faltamos nos descuentan 300 pesos de presentismo", remarcó un empleado. La cantidad no es poco importante cuando los enfermeros cobran un mínimo de 1.200 pesos por seis horas de trabajo.

Un grupo de trabajadores agregó que recién ayer, y tras la visita de este medio al efector, se aisló en las habitaciones 201 y 213 a los pacientes con sarna, apartaron termómetros y tensiómetros como precaución y se repartieron batas de protección que tapan el delantal, desde el cuello a los tobillos. Aunque, reconocieron que desde el primer día "las sábanas de los pacientes con sarna se mandaron a la lavandería en las bolsas rojas que son las que se destinan para ropa especial".

Pero a ese comentario sumaron una queja. Aseguraron que se están gastando entre 50 y 75 pesos en pastillas de ivermectina y cremas que combaten la enfermedad.
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Pacientes y enfermeros esrán preocupados por la propagación de la escabiosis.

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