Aneurisma de aorta abdominal

Un simple estudio puede revelar un problema oculto

La ecografía es el método más eficaz para detectar esta patología asintomática

Florencia O'Keeffe / La Capital

Un grupo de profesionales rosarinos que realizó una investigación determinó que con una simple ecografía se puede detectar el aneurisma de aorta abdominal en las primeras etapas. Descubrieron además que el 5% de los pacientes evaluados sufría esta patología, que se presenta especialmente después de los 65 años, -tanto en hombres como mujeres- y que en la mayoría de los casos es asintomática.

La aorta abdominal es el principal vaso que emerge del corazón e irriga sangre a todo el cuerpo. El aneurisma de aorta abdominal es la dilatación de ese vaso y está asociada a factores de riesgo como la aterosclerosis, hipertensión y diabetes.

Es fácil de detectar por medio de una ecografía y posee un tratamiento efectivo. Pero de no descubrirse a tiempo puede producirse su rotura provocando un problema grave, con una mortalidad cercana al 90%. De allí la importancia de la detección temprana y su posterior control.

El trabajo de investigación que alude a estos resultados fue seleccionado entre 60 trabajos científicos de presentación oral que participaron del 52º Congreso Argentino de Diagnóstico por Imágenes y Terapia Radiante y 10º Congreso Argentino de Ultrasonografía, realizado en septiembre en Buenos Aires.

Los autores son los médicos rosarinos Stella Maris Batallés, Gabriela Longo, Mauricio Capomasi y Roberto Villavicencio, especialistas en diagnóstico por imágenes, y Stella Pezzotto, estadística. Todos ellos del Instituto Cardiovascular de Rosario (ICR). El trabajo galardonado se titula "Prevalencia de aneurisma de aorta abdominal evaluada con ecografía aórtica y factores de riesgo cardiovascular".

En diálogo con La Capital, Batallés explica que el trabajo "tuvo como objetivo evaluar qué pasaba con la aorta abdominal de nuestra población de pacientes, y descubrir aneurismas de aorta en sus primeros estadios. Sabemos que hay distintos grados y que cuanto antes se detecte, mejor es el pronóstico".

El equipo de médicos rosarinos evaluó 184 pacientes entre agosto de 2005 y junio de 2006. Participaron 95 hombres y 84 mujeres, entre 45 y 87 años. Se incluyeron personas que concurrieron en dicho período al ICR a realizarse todo tipo de estudios. "No sólo observamos a quienes de antemano sabíamos que tenían riesgo cardiovascular. Hubo pacientes que venían a hacerse una ecografía de tiroides y les pedimos permiso para examinar su aorta abdominal", destaca la especialista.

Batallés indica que lo fundamental del trabajo premiadon es que confirma la importancia de la prevención. Señala que la mayoría de los aneurismas descubiertos a través de la ecografía abdominal fueron detectados en estadios leves. "Al conocer el problema, el paciente y el médico están informados y es posible realizar un seguimiento, controlar el aneurisma, reducir los factores de riesgo con la modificación de ciertos hábitos, y si el problema se profundiza, recurrir al tratamiento quirúrgico o endovascular, de acuerdo a las indicaciones".


Asintomático
El otro dato relevante es que la mayoría de los pacientes no tenían síntomas, con lo cual, el hallazgo de la patología resultó algo inesperado. Esto devela que es crucial observar el problema a través de la ecografía para descubrirlo.

El trabajo también permitió determinar que el aneurisma crece al ritmo de 1 a 4 mm por año, aunque en cada paciente puede tener características especiales.

"Llegamos a la conclusión que la ecografía es el método por excelencia para detectar esta patología, se trata de una forma de diagnóstico muy sencilla, que no es invasiva, que no tiene efectos adversos y se realiza en pocos minutos", agrega Batallés.

La especialista menciona que, además, los nuevos equipos con los que se cuentan para hacer diagnóstico por imágenes aportan mucho en cuanto a la calidad de la imagen, la sensibilidad y la precisión de las mediciones.

Finalmente, la médica dice que si bien no es necesario incorporar este estudio como de rutina, resulta un "screening interesante" a partir de los 60 años, sobre todo si la persona tiene factores de riesgo cardiovascular y/o antecedentes familiares.

Recomiendan el chequeo en mayores de 65 años.