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miércoles,
25 de
octubre de
2006 |
Absolvieron a acusada de dejar morir a su bebé recién nacido
Paraná. Una joven de 23 años, que dio a luz a una beba en el baño de su casa pero la habría dejado morir para luego abandonar el cuerpo dentro de un bolso, fue absuelta ayer por la justicia de Entre Ríos. El caso tiene muchas similitudes con la situación que vive Carolina, una muchacha de 26 años oriunda de Arroyo Seco que está presa en la cárcel de mujeres de Rosario por la muerte de su bebé recién nacido (ver aparte) e imputada de homicidio calificado.
El fallo que trascendió ayer lo dictó la Sala I de la Cámara del Crimen de Paraná y absolvió a la joven Sabrina Blanco, de la localidad de Santa Elena, con los votos de los jueces Juan Ascúa y Felipe Celli, que consideraron que no comprendió la criminalidad de sus actos por un grave trastorno de su personalidad.
En tanto el tercer magistrado del tribunal, Hugo Perotti, consideró que debía ser condenada a prisión perpetua por el delito de homicidio calificado por el vínculo, en coincidencia con el pedido del fiscal, Juan Carlos Almada.
El episodio fue el 9 de julio de 2005 en una vivienda de Santa Elena,al norte entrerriano. Según fue reconstruido durante el juicio, luego de festejar el tercer cumpleaños de su hija, Sabrina Blanco fue al baño de su casa y, sentada en el inodoro, dio a la luz a una beba, producto de una relación extramatrimonial con un hombre casado de 41 años.
Blanco, que trabajaba como agente sanitaria en el hospital de Santa Elena, justamente controlando a las embarazadas, nunca asimiló su estado de gravidez y, según dijo en el debate oral y público, no se dio cuenta que había parido esa noche.
La acusada, que vivía con su padrastro, su madre y dos hermanos, contó que la noche que dio a luz escondió el cuerpo en el ropero y al otro día lo metió en un bolso y lo abandonó. El cuerpo fue localizado en ese bolso por un grupo de chicos cinco días después del parto, dentro de una pileta. Las pericias establecieron que la nena murió por desangrado, aunque no descartó que haya fallecido por asfixia por inmersión.
Cuando la investigación apuntó hacia la joven, ella misma solicitó un ADN para desvincularse del hecho, pero el análisis arrojó un resultado del 99,9 por ciento de compatibilidad. Al parecer, en un comienzo estaba tan convencida de que no había tenido un embarazo que le juró a su primer abogado que nunca había estado esperando un hijo. No obstante, con el tiempo, lo admitió.
Durante el juicio, la joven, que no paró de llorar durante su declaración, contó que su mamá al descubrir su relación con un hombre casado la amenazó con quitarle su hija de tres años si ella estaba embarazada. Esa intimidación de la madre habría afectado a la joven, que según los peritos sufre un trastorno límite de la personalidad que casi llega a la psicosis. (DyN)
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