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miércoles,
25 de
octubre de
2006 |
No aprendió. Le impusieron tareas por una paliza en 2002 y ahora vuelven a condenarlo por lo mismo
Tres meses de prisión a un patovica
que noqueó a un muchacho
La agresión fue en la disco Mogambo en 2004. Dos años antes había sido hallado culpable de otro incidente igual
Ariel Etcheverry / La Capital
Un patovica que trabajaba en una bailanta de la zona oeste fue condenado a una pena de prisión en suspenso al ser declarado penalmente responsable de las lesiones que le propinó a un joven al que golpeó, junto a otros compañeros de trabajo, hasta dejarlo en estado de inconciencia. Traumatismo de cráneo y abdomen y heridas cortantes en el cuero cabelludo fueron las lesiones que sufrió la víctima. Pero lo más llamativo del caso fue que el vigilador sancionado ya había merecido una condena por el mismo delito cumplida mediante la realización de trabajos comunitarios en una escuela.
El fallo fue dictado por el juez Correccional Nº 10 Daniel Acosta, pero no está firme porque la defensa del imputado presentó una apelación para que los jueces de la Cámara Penal lo revisen. En caso de que la sentencia sea ratificada, Rodrigo Britos, el vigilador acusado, se enfrentaría a una situación judicial complicada porque podría ser declarado reincidente.
El primero de los casos que lo tuvo como principal sospechoso de una brutal paliza ocurrió el 10 de marzo de 2002 dentro del boliche “Glamour”, ubicado en la avenida Eva Perón al 9000. En aquel episodio un chico de 17 años resultó gravemente herido por la paliza que le propinaron dentro del mismo local. Ese episodio fue investigado por el juez Daniel Acosta, quien al cabo de las actuaciones determinó que en el hecho intervinieron el cajero de la confitería y dos patovicas, entre ellos Britos.
El encargado fue condenado a 3 meses de prisión de ejecución condicional. Britos recibió una pena similar, aunque se le aplicó una suspensión de condena bajo la contraprestación de tareas comunitarias. El otro imputado nunca recibió sanción porque no pudieron hacerlo comparecer y la acusación en su contra prescribió.
De acuerdo al fallo de aquella época Britos debía cumplir 15 jornadas de trabajo no remunerativo, a razón de 4 horas diarias, en la Escuela Especial Nº 2.006, de Virasoro al 700. A partir de ese momento, el cumplimiento de esa condena quedó a cargo del juez de Ejecución Penal de Rosario.
Pero dos años después, Britos volvió a quedar en el medio de una causa judicial. La madrugada del 19 de abril de 2004 el muchacho realizabas tareas de vigilancia para la bailanta Mogambo, de Avellaneda al 2700. Ese día se produjo un incidente en la puerta del boliche. Testigos que declararon en el expediente contaron que todo comenzó con una discusión entre Britos y un muchacho que pretendía ingresar al local con una camiseta de Rosario Central.
La discusión se puso más densa. Algunos de los presentes le pedían al vigilador que se calmara y a la vez el muchacho decía que había sacado su entrada. Todo terminó en una pelea a la que se sumaron “tres o cuatro” compañeros del patovica. Según fuentes judiciales, Britos acusó a Claudio Lobos de haberlo amenazado. Pero lo cierto es que Lobos terminó internado con pérdida de conocimiento debido a la paliza sufrida.
Por la fecha en que ocurrió el hecho, el juez que inició las actuaciones fue Juan José Alarcón, de Correccional Nº 2. Pero cuando trascendió que el principal acusado tenía una causa en el tribunal a cargo de Daniel Acosta, todas las actuaciones del incidente en la puerta de Mogambo se giraron a ese juzgado. En el incidente de Mogambo, sólo Britos terminó condenado.
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