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miércoles,
25 de
octubre de
2006 |
Para la EPE los cortes afectarán al 1% de los clientes
La idea de apagar las vidrieras abrió nuevos cuestionamientos
"Que el centro de Rosario esté a oscuras desde las 20, no tiene ningún sentido", consideró Lifschitz
La idea de apagar las luces de las vidrieras entre las 20 y las 23 como paliativo ante una eventual crisis energética encendió las críticas de empresarios y funcionarios. El propio intendente Miguel Lifschitz consideró que el gesto impulsado por la Asociación Empresaria de Rosario resulta valorable, pero remarcó que "una ciudad oscura a las ocho de la noche no tiene ningún sentido" y admitió que descree que esa "sea la solución" para evitar los cortes. En tanto, el secretario de la Asociación Amigos de la Peatonal Córdoba, Roberto Vergili, indicó que "hace rato que los comerciantes ahorran luz las 24 horas, porque la energía es cara ya que tiene impuestos encubiertos y está mal administrada".
El adelanto del verano con temperaturas por arriba de los 30 grados y un tórrido sol pusieron sobre el tapete la discusión en torno a un virtual colapso energético.
Ayer, y en el marco de una audiencia especial convocada por el Concejo Municipal, el interventor de la EPE, Luis El Halli Obeid, afirmó que sólo el uno por ciento de los usuarios sufrirá cortes de luz. "De un total de 350 mil clientes, durante el último verano faltó energía para unos 3 mil usuarios", dijo y adelantó que esta temporada estival "no se tendrán más cortes de los sufridos".
Así, el funcionario dejó entrever que si bien habrá interrupciones (ayer barrio Martin estuvo sin luz cuatro horas) no habrá grandes apagones masivos. "Cuando las temperaturas no bajan de 26 ó 27 grados a la noche, no existe una manera práctica de prevenir una sobrecarga a los cables subterráneos, que en definitiva explotan y causan las interrupciones en el servicio", argumentó El Halli Obeid.
Sin mucho consenso
"Les vamos a pedir a los comerciantes que los días de consumo abrumador de energía, y sobre todo en las horas pico, procedan a apagar las luces de sus escaparates", había invitado el titular de la Asociación Empresaria, Elías Soso.
Pero su idea de "colaborar para que las industrias usen más energía y la gente pueda utilizar sus acondicionadores de aire", no tuvo el respaldo unánime del sector.
Para Vergili, el tema central no es el ahorro, "que ya se viene haciendo todos los días", sino la falta de previsión para absorber el boom inmobiliario. "Se van a terminar 170 nuevos edificios, pero los comerciantes debemos estar con velas en la peatonal", se quejó el secretario de la Asociación Amigos de Peatonal Córdoba para agregar: "No estoy de acuerdo en acompañar una postura que encierra la ineficiencia de la EPE".
Otro que no vio con buenos ojos el apagón de vidrieras fue Lifschitz. "No es la Rosario que queremos. Puede ser un gesto valorable, pero no soluciona el tema de fondo. Que el centro de la ciudad esté a oscuras desde las 20, no tiene sentido", consideró el jefe comunal al ponderar los avances de Rosario en su oferta turística, empresarial, los nuevos puntos de atracción y hasta "la revitalización de varios sectores comerciales".
Quien planteó una posición más salomónica fue el titular de los amigos de peatonal Córdoba, Nelson Graells. "No estaría de acuerdo en apagar todas las luces, pero sí en racionalizar. Si hay tres carteles, dejar encendidos dos y si una vidriera tiene 20 lámparas, dejar 8; es decir, ayudar en lo que está a nuestro alcance".
Por su parte, el concejal del ARI Carlos Comi solicitará la semana entrante preferencia para un proyecto en el que propone -además del ahorro en vidrieras céntricas- el uso racional de la luz en dependencias municipales y provinciales.
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