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sábado,
30 de
septiembre de
2006 |
Crisis. Los obreros pararon la actividad en reclamo de sueldos atrasados. No hay respuesta patronal
Grave conflicto gremial en los talleres Sabb SA
Los trabajadores quemaron muebles y un automóvil en la planta que la empresa posee en María Juana
María Juana.- Los empleados de la constructora de barcazas Sabb SA tomaron la fábrica durante la mañana de ayer en protesta por la falta de pago de sus salarios y quemaron muebles de la compañía y un automóvil perteneciente al gerente de la planta que la empresa posee en esta localidad. Unos 170 obreros se congregaron en el parque de los talleres de la empresa y después de realizar una asamblea protagonizaron la quema.
"El ánimo de la gente entró en ebullición y fue imposible contener a los trabajadores que comenzaron a arrojar diversos objetos y escritorios de las oficinas. Después todo fue empeorando hasta que prendieron fuego un Volskwagen 1500 que utilizaba el gerente", explicó el delegado de la Unión Obrera Metalúrgica, Rubén Santiago.
El conflicto comenzó hace unos ochenta días y después de que los empleados de la ex compañía ferroviaria y actual constructora de barcazas, participaran de varias asambleas y manifestaciones de protesta, decidieron profundizar la medida de fuerza. "Desde el 16 de agosto estamos de paro y no tomamos otras medidas porque mantenemos la esperanza de conservar la fuente de empleo", explicó el sindicalista.
En ese sentido señaló que "la paciencia de la gente se agotó. Acá siempre priorizamos la fuente de trabajo porque apreciamos profundamente a la fábrica y le pusimos todo el apoyo, pero los patrones abusaron. En setenta días nos dieron sólo 250 pesos por empleados y nos condicionan a la espera con la excusa de que firmarán contratos por más trabajo", dijo Santiago.
"Es imposible vivir con ese dinero, somos 170 familias que esperamos y nos tienen de un día para el otro con la promesa que el negocio está armado y que arrancará nuevamente el lunes, pero llega el lunes y todo sigue igual. Con la idea de no poner en riesgo la fuente de empleo, seguimos trabajando durante mucho tiempo y la barcaza está en el agua, la botaron pero nosotros vimos migajas", se lamentó el referente obrero.
Al respecto, Santiago detalló que una barcaza, la que se exhibió durante la inauguración del astillero que la compañía posee en el puerto de Rosario, "ya fue botada. Dos están prácticamente terminadas y hay otra que está a un cuarenta por ciento de construcción, pero según el contrato restan entregar 8 unidades, pero de esta forma no podemos continuar".
Durante la crisis que comenzó poco después de las diez de ayer, los obreros quemaron el auto del apoderado de la empresa, Víctor Senor, un antiguo administrador domiciliado en la vecina localidad de San Vicente. Poco después de ese suceso, hubo un llamado desde las oficinas de la empresa en Buenos Aires para intentar dialogar con los empleados. "Quieren parar la pelota con palabras y nosotros pretendemos que nos paguen lo que nos deben", dijo un trabajador en relación al llamado telefónico del vicepresidente de la empresa, Héctor Saens.
"La posición lamentable es la que adoptó Diego Lamédica, el presidente de la compañía, porque permaneció indiferente en todo momento. No nos sorprende que no le interesen las 170 familias, pero nos extraña que no le importe su empresa", manifestaron ofuscados los empleados.
Durante la tarde de ayer los empleados realizaron una asamblea frente a los talleres ubicados a la vera del acceso a la localidad, para analizar la situación y definir los pasos a seguir. En ese sentido aclararon que se coincidió en pasar a un cuarto intermedio hasta el lunes, cuando decidirán la modalidad que adoptarán para continuar con las medidas de fuerza.
La compañía Saab, tradicionalmente se dedicó a la construcción y reparación de vagones ferroviarios y desde fines de 2005 comenzó a fabricar barcazas para transporte fluvial. Pocos meses después de comenzar las actividades en el negocio naviero, empezaron los inconvenientes con los empleados, quienes protagonizaron varios paros durante el año. Los conflictos se fueron superando con acuerdos temporarios y otros que, según los trabajadores, no se cumplieron de parte de la patronal.
La empresa Saab tiene entre sus principales clientes a la línea Nuevo Central Argentino en la sección ferroviaria y en la naviera firmó un contrato por seis millones de dólares, para una serie de embarcaciones encargadas por Siderar, para transportar minerales de hierro desde Brasil, con destino a los altos hornos de San Nicolás, donde produce acero.
En la primera etapa, que prevé el contrato se deben construir 12 barcazas de 16,5 por 65 metros cada una, de un total de 16. Esta nueva actividad permitió aumentar en 40 por ciento la planta de empleados y ocupar toda la mano de obra especializada disponible en la zona.
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Había optimismo cuando abrió la fábrica, a comienzos de año.
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