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 sábado, 30 de septiembre de 2006  
Botafogo se presenta hoy en el Dixon con Captain Luke y Beverly Watkins
"Lo único que quería era tocar la guitarra como Pappo"
El blusero dijo que los acordes del artista fallecido son los "tatuajes musicales" que llevará de por vida

Pedro Squillaci / Escenario

Miguel Botafogo está a punto de atender la llamada en su casa en Buenos Aires. De fondo suena música de blues, como no podía ser de otra manera. Es un disco de Captain Luke, con quien compartirá escenario hoy, desde las 21, en Willie Dixon, Suipacha y Güemes, en un show que contará además con la presencia de la señora Beverly "Guitar" Watkins. Botafogo, con décadas de blues sobre sus espaldas, se sigue sorprendiendo con el sonido que dispara una guitarra. La eterna capacidad de sorpresa, la fantasía y la creatividad son tres puntos clave por donde pasa la pasión blusera de Botafogo. "Cuando descubrís el blues ya no volvés a ser el mismo", afirma a Escenario como una declaración de principios y no hay por qué no creerle.

-¿Te motiva más tocar con un músico del talento de Captain Luke, pese a que ya tocaste con figuras mundiales del género?

-La verdad que sí, es una cosa bastante especial. También me atrae compartir escenario con una señora de 60 años (Beverly "Guitar" Watkins) que toca blues como B.B. King, y me pareció interesante que la gente la conociera. El otro señor es esa voz impresionante que escuchabas recién, que tiene 80 años, y es como un abuelo que hace blues. El tipo me va a internar porque lo tengo que acompañar y es muy rebelde, muy anárquico, cambia un tema cuando le da la gana. Pero también es entretenido, es algo fuera de lo común sin salirse de la simpleza absoluta.

-Hoy sos un claro referente para los bluseros argentinos ¿Te lo propusiste alguna vez cuando empezaste a tocar la guitarra?

-No, yo solamente quería ser un tipo que tocara la guitarra como Pappo. Era un pibe de 11 años y cuando lo veía a Pappo era como ver a, qué se yo, a Espartaco (risas), era un superhéroe, ¿viste? Decía "mirá, este es un pibe de barrio igual que nosotros, se prende fuego, mirá cómo toca". Y después, gracias a él, conocí a todos los demás: B.B.King, Hendrix, todo. Y me propuse "esto es lo que yo quiero ser". Ahora tengo 50 y puedo decir que, salvando las distancias, hay una filosofía que confluye en que el arte lo único que puede lograr es convertirte en vos mismo. O sea, sé que nunca voy a tocar como Pappo ni como nadie, voy a tocar como yo, aunque me enorgullezco de su influencia. Yo no tengo tatuajes, pero los acordes de Pappo son mis tatuajes musicales.

-¿Pero, después que tocaste con él, lo seguiste viendo como un superhéroe?

-Al principio uno está obnubilado y era Superman, pero cuando uno se hace amigo ahí encuentra las actitudes de Clark Kent y también lo he visto como Christopher Reeve, destruido total. Pero agradezco haberlo conocido en sus cosas buenas y malas. Lo dijo una vez Charly, "con Pappo siempre sabés con quién te estás metiendo", o sea, no tenía dos caras.

-¿Cómo evaluás a la movida comercial del blues en la década del 90, con grupos como Memphis, la blusera y La Mississippi?

-La verdad es que yo los admiro mucho, muy especialmente a la Memphis, donde está tocando un ex alumnito mío, Lucas Sedler, pero yo los admiro porque ellos han puesto unos cojones terribles y tocan en todos lados. El toque comercial se los envidio y les aplaudo la viveza, porque siempre son ellos, y siempre tocan de una forma blusera, aunque en algunas cosas tengan un espíritu más pop. También admiro a La Mississippi e incluso a Las Blacanblus, creo que han peleado mucho.

-¿Por qué considerás que el blues no llega a ser masivo en la Argentina?

-Es rarísimo, porque gustar, gusta, pero le falta el empuje de un festival argentino de blues poderoso que se repita todos los años, o le falta un poco de presencia en los medios. Estaría bueno que haya un subsello de algún sello grande, como se hizo con el jazz, tendrían que abrir los ojos algunas multinacionales para que le den a este género su verdadero valor. El blues es un generador de músicos de cualquier estilo, conmigo estudiaron los chicos de Pier, de Bluemotel, y hay muchísimos más.

-¿Creés que este género no encontró su techo en este país?

-No, claro que no. Hay una cantidad de gente amante del blues que es impresionante. Fijate que ahora se corrió la bolilla que podría volver a tocar aquí B.B.King, acordate que si viene va a ser un éxito total.

-¿Qué te seduce del blues que no encontrás en otra música?

-No me cansa nunca y me alimenta siempre. No sé, tiene esa autenticidad que me atrapa. El artista de blues no puede más que ser transparente. Y a mí me llena en su infinidad de variantes, porque tenés desde un chaboncito tocando un tamborcito y cantando solo hasta un grupo con caños y todo. Creo que siempre está ahí, y lo cierto es que cuando te metés en el género no lo dejás más. Cuando descubrís el blues ya no volvés a ser el mismo.
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Para Botafogo, el Carpo fue "un superhéroe".

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