Sorpresa en Santa Fe, entre la tropa propia

Atilio Pravisani / La Capital

La mayoría de los referentes reutemistas de la ciudad de Santa Fe no pudieron evitar un gesto de sorpresa cuando se enteraron del viaje del ex gobernador y jefe político, aun cuando la presencia de éste no debería asombrar: es el titular de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado.

Al margen de las incógnitas que levanta la estadía de Reutemann en Nueva York, resulta imposible no suponer que en algún momento de la gira el presidente Néstor Kirchner lo busque para analizar la situación de Santa Fe.

La preocupación que el futuro electoral de la provincia genera en la Casa Rosada sigue abierta, razón por la cual sería lógico que Kirchner dialogue con el Lole acerca del proceso que se viene. Y a la luz de encuestas y sondeos de clara lectura, que se renuevan periódicamente en Buenos Aires, intente revertir su negativa.

En este abanico de posibilidades, tampoco sería sorprendente que el senador le reafirme, a la postre y dentro de algunos meses, al presidente su negativa. Pero que en cambio le garantice su acompañamiento al candidato que el primer mandatario finalmente elija. A Kirchner no le hará mucha gracia.

A esta última posibilidad, sin embargo, habrá que tomarla con pinzas. Nadie puede asegurar que la participación del hombre de Llambi Campbell en la campaña electoral de 2007 sea full time, sobre todo si el postulante no es totalmente de su preferencia.

"Mi candidato será el que designe el presidente", dicen que días atrás el senador le confió a algunos de sus seguidores. De allí la insistencia entre la mayoría del elenco reutemista que habita la capital de la provincia de evitar el pronunciamiento por algunos de los precandidatos hoy en danza: el ex canciller y actual diputado Rafael Bielsa, el también diputado Agustín Rossi y el intendente de Rafaela, Omar Perotti (ver aparte).

De todas maneras no son pocos los que, interpretando justamente esa frase, se preguntan qué pasaría si el presidente le pide a Reutemann que haga el sacrificio. ¿Le seguirá diciendo que no?

Esto ocurrirá antes de fin de año, anuncian en las cercanías del poder. Hasta esos días continuarán experimentando distintas sensaciones el mundo justicialista y el de la oposición. Aunque de algo se puede estar seguro: una cosa serán las elecciones con la participación del Lole y otra sin su presencia como candidato.

Siempre Reutemann fue un enigma. Desde su aparición en la actividad pública su figura se tornó indescifrable para los que intentaron analizarlo desde la simple óptica política. Incluso para los hombres de su propio partido. Siempre imprevisible, para propios y extraños, y cada vez más parecido en sus silencios al viejo caudillo radical Hipólito Yrigoyen, quien gobernó por dos veces el país.

Más de una década atrás, casi se tornó traumático para los justicialistas que su gobernador terminara afiliándose al partido que lo llevó al poder. Hoy éste se indigna y se molesta con sus propios discípulos cuando le preguntan por la posibilidad de un retorno.

Hace muy pocos días hizo suspender un acto en reconocimiento a su primer triunfo, temeroso -dicen- de que lo confundan con ese "operativo clamor" tantas veces anunciado.