Una historia que se reitera

El caso de las dos chicas que denunciaron haber sido secuestradas en la zona oeste de la capital provincial y enviadas a un burdel de la provincia de Santiago del Estero, donde fueron obligadas a prostituirse, no es el primero que se da a conocer en la ciudad. En marzo pasado, el hallazgo de dos adolescentes de 15 años cuyo paradero no se conocía desde fines de 2005, puso al descubierto el trabajo que algunos proxenetas llevan adelante en los barrios más humildes de Santa Fe.

El 11 de marzo último, agentes de la Unidad Regional I llegaron al distrito costero La Guardia con un dato concreto. Una jovencita, identificada como María Fernanda, estaba ejerciendo la prostitución en una vivienda de la zona. El nombre no les resultó ajeno a los investigadores. Una chica con esa identidad era buscada por su familia desde septiembre de 2005. Al hallar a la chica y tomarle declaración, la menor sostuvo que otra joven, de su mismo nombre, estaba siendo prostituida en ese mismo lugar y también fue rescatada.

Así se supo que una de las menores había sido entregada por 15 mil pesos a un burdel de la ciudad bonaerense de Arrecifes adonde llegó en compañía de un hombre que "la enamoró, la engañó con un viaje de pareja y terminó entregándola por dinero".

Escapar del burdel no les resultó sencillo a las jovencitas pero lo hicieron con la ayuda de piadosos clientes. Después, "haciendo dedo", arribaron hasta La Guardia, donde finalmente fueron localizadas.

En el marco de la pesquisa, la URI se puso tras los pasos de una pareja del barrio Barranquitas, el mismo en el que reside Romina, que podría estar implicada en la maniobra de trata de blancas.

Vale recordar que a fines de 2005 un hecho con características similares conmocionó a la capital provincial. Fue cuando se conoció que una nena de 13 años que vivía en la zona norte de la ciudad había sido entregada como esclava sexual a cambio de dinero y un viejo auto a proxenetas que explotaban un burdel en la ciudad cordobesa de Las Varillas. La odisea de la niña se había iniciado en 2001 y, dos años más tarde, logró escapar del lugar.