Ecoturismo

Nuevas opciones para los fines de semana

El Grupo Aprender y Disfrutar organiza viajes cortos para difundir el patrimonio histórico y cultural de la Argentina

Desde hace unos días, Rosario tiene una nueva alternativa para los amantes de las escapadas de fin de semana. El "Grupo Aprender y Disfrutar", compuesto por una guía de turismo cordobesa y una rosarina, profesora de biología, organizan viajes de ecoturismo a distintas provincias.

Karina Primo y Mariela Baraldi explicaron que los destinos son diseñados a través de un relevamiento con el objetivo de difundir el patrimonio histórico y cultural de la Argentina. "Siempre visitamos un lugar que sea interesante para los viajeros, el número de participantes es mínimo para evitar la sobrecarga y el impacto negativo sobre los ambientes naturales y humanos, y nuestro objetivo es brindar un espacio para los viajeros que gusten de aprender descubriendo lugares y conociendo su historia", señaló Primo.

El grupo ya organizó salidas al Valle de Paravachasca y Estancias Jesuíticas (Córdoba), Termas de Fiambalá (Catamarca), Mina de oro La Carolina (San Luis), Salinas Grandes (Córdoba), La Payunita (Mendoza), Esteros del Iberá (Corrientes), Laguna Brava (La Rioja), Cerro Colorado y Cerro Inti Huasi (Córdoba), entre otros.

Las emprendedoras explicaron que los pasajeros cuentan con seguro mientras son transportados y también en los lugares a visitar. "En esta oportunidad, el viaje lo haremos el próximo sábado y domingo, cuando visitaremos el Valle de Paravachasca y la Estancia Jesuítica, la casa-museo de Manuel de Falla, y la Casa del Che Guevara en Alta Gracia. También visitaremos el mirador del santuario de la Virgen de Lourdes y el circuito se cierra en Villa San Miguel, en las Sierras Chicas", comentó Primo.


Historias y bellezas naturales
Alta Gracia es la ciudad más importante del Valle de Paravachasca (vegetación enmarañada, según la lengua comechingona), con su mixtura de culturas que se refleja en los estilos arquitectónicos, en las costumbres, en los paisajes y en la gente. Allí se puede visitar el Museo Histórico Nacional de la Casa del Virrey Liniers, como prefirió la gente seguir llamando a la Estancia Jesuítica declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

En el edificio se pueden encontrar los vestigios que dejaron los padres de la Compañía de Jesús en la construcción de la residencia, con una fuerte impronta del barroco americano y la arquitectura natural. Lo completan la Iglesia, el obraje, la ranchería, el tajamar, los molinos harineros y el batán (máquina que usaban para desengrasar los cueros).

La construcción está considerada como uno de los complejos más importantes de la época, que junto a las otras cuatro estancias que quedan en pié en territorio cordobés, sostenían económicamente la tarea cultural que se realizaba en la histórica Manzana de Las Luces de la "docta".

Durante el recorrido, el visitante se va trasladando en el tiempo porque hay expuestos objetos que recrean las formas de vida desde los comechingones, que fueron los primeros habitantes de la zona, españoles, criollos y sacerdotes, y hasta el mobiliario de sus últimos dueños.

También cuenta con importantes obras pictóricas, maquetas e instrumentos musicales como un órgano de origen guaraní. Sus muros blancos, los jardines, escaleras y pisos de ladrillos logran hacer sentir los pasos de los padres jesuitas y hasta del propio virrey Liniers.

El recorrido también comprende un paseo hasta un barrio que representa los fines del siglo XlX y principios del XX, con la llegada del ferrocarril, las inversiones inglesas y las costumbres afrancesadas.

El Barrio de las "Casas de Chapa", construidas para el personal de las empresas inglesas, el Sierras Hotel, con su casino recientemente inaugurado, que muestra el esplendor vivido en esos años, y por último, siguiendo la evolución histórica, se llega hasta la casa donde pasó sus años de infancia Ernesto "Che" Guevara. Allí se exhiben juguetes, fotografías y recuerdos familiares que invitan a recorrer el hogar que le permitió crecer junto a sus seres queridos y amigos.

Saliendo de la ciudad por la ruta provincial 5 con dirección sur hay un serpenteante camino que lleva hasta Villa San Miguel, pasando por bellos parajes pintados con los mejores colores cuando se avecina la primavera. Allí se levanta un hotel cinco estrellas, construido para promocionar turísticamente una zona poco conocida.

Canchas de golf, 40 hectáreas parquizadas, senderos naturales para la práctica del ecoturismo, safari fotográfico y otras actividades al aire libre por arroyos y bosques que lo rodean; piscinas climatizadas, spa y habitaciones con refinados detalles y confort, pueden convertirse en un cierre espectacular para un merecido descanso

Para mayores informes contactarse a los teléfonos 4520151, 4511731, o bien al e-mail: [email protected]