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 domingo, 10 de septiembre de 2006  
¿Como surge el amor?

Clarisa Ercolano / La Capital

¿Por qué una persona nos interesa y nos moviliza y somos indiferentes a otras? ¿Qué tiene el ser amado y cómo llegamos a quererlo locamente, y un buen día el amor decae? El doctor Carlos Giambroni, psiquiatra y sexólogo clínico, parece tener la respuesta: el amor y la atracción responden a patrones químicos. "La química del amor es lo que se desata en nuestro cerebro cuando dos miradas se cruzan en cualquier ambiente; cuando el olfato percibe algo y con los ojos empezamos a buscar aquello que nos atrae", refiere el clínico, y explica: "esta situación implica una descarga a nivel cerebral, entramos en alerta máxima". Con indicios tales como agitación, manos transpiradas y palpitaciones, el llamado "enamoramiento" ya empezó a hacer de las suyas. "Esa situación se debe a un juego hormonal y neurológico que se da en el sistema nervioso y que justifica las conductas que tenemos cuando alguien nos interesa", señala Giambroni.

Pasar diez veces por el mismo lugar, asociar a la persona con cuanta cosa bella exista en el planeta y sentir pasión por todo lo que nos remite al ser amado, son según Giambroni, las conductas más comunes de los alcanzados por Cupido. "Esto es muy similar a lo que produce una adicción, porque toca el mismo núcleo cerebral, un sitio que tiene que ver con la recompensa, con encontrar a la persona deseada y querer estar con ella".


Todo concluye al fin...
Pero este éxtasis parece no ser eterno, según el especialista que vino a Rosario en el marco de las Jornadas Nacionales de Sexología. "Esto dura de tres meses a dos años, luego decaen los neurotransmisores responsables de estas reacciones", afirma. Sin embargo, a no alarmarse, porque estas sustancias son reemplazadas por otras, que tornan a la relación menos pasional pero más afectuosa, "lo cual ayuda a la existencia de los sexólogos, ya que mucha gente participa de los talleres dedicados a fomentar la pasión", dice entre risas.

Las técnicas para recuperar la pasión son muchas. "Hay que pensar qué le gusta al hombre y a la mujer y buscar situaciones románticas, que salgan de la rutina, tratar de conquistar todos los sentidos (por ejemplo, la vista, con vestuarios exóticos; el olfato, con fragancias y perfumes). Se trata de adornar la situación, porque lo que mata la pasión es la rutina", dice.

La clave para que la pasión siga siempre vigente tiene que ver entonces con la innovación: "hay que salir de la cama", asegura el sexólogo, y arremete, "hay que buscar encuentros en la cocina o el auto, porque los lugares tradicionales se vuelven aburridos, y si algo nos aburre, naturalmente lo empezamos a evitar".


Preferencias de hombres y mujeres
Sin embargo, el experto diferencia las preferencias de hombres y mujeres. "El erotismo en el hombre es distinto; a él lo excita una película porno, mientras que una mujer necesita de un contexto romántico, llamadas telefónicas durante el día, flores, no es tan directa como el varón". Para ser más explícito, Giambroni echa mano de un viejo refrán popular: "la mujer para tener sexo necesita razones mientras que el hombre sólo necesita a una mujer".

Volviendo a los neurotransmisores y a las diferencias entre géneros, Giambroni también explica que cuando de amor se trata, hay cosas que se equiparan y diferencias que se profundizan. "En los enamorados, la testosterona, que es una hormona que abunda en el hombre, sube en la mujer igualando el nivel que naturalmente alcanza en los varones, para favorecer la estabilidad de la relación, de esta manera, no se ven las diferencias entre ambos".

"La popular frase no tienen química es cierta, si no hay, no hay", dice el médico, aunque "puede inducirse en una pareja que se quiere". En cambio, si entre ellos no pueden ni verse, no hay terapia que valga, aclara el profesional. "No se puede armar algo que no existe", subraya.

También puede ocurrir que el erotismo decaiga sin motivo aparente, y parece ser que también la química sería la culpable de esa situación. "Uno empieza a no tolerar cosas que antes aprobaba", afirma el sexólogo.

"La química cambia de acuerdo a la edad, porque esto está relacionado con la reproducción, con que la pareja se junte y tenga un hijo, por eso la pasión no es la misma en la adolescencia que en la edad madura", confirma.

Igualmente, parece ser que pese a las tiranía del cerebro y de las hormonas, para el amor no hay edad. "Tengo pacientes de 60 años que están completamente enamorados", finaliza.
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