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 domingo, 10 de septiembre de 2006  
En Foco. La crisis energética

Como en el cuento de la cigarra y la hormiga, el que hace sus previsiones puede pasar tranquilo el invierno y en la Argentina, el verano. Y la moraleja le cae como anillo al dedo a un país que durante una década dejó en manos del mercado el problema energético y -tras años de desinversión- hoy se encuentra con las arcas vacías y un problema de difícil resolución en el corto plazo, mucho más aún si se tiene en cuenta que pocos imaginaban que la economía alcanzaría niveles de crecimiento superiores al 8% en forma sostenida.

Aunque el tema está en agenda hace ya un par de años, cuando el calor y el incremento del consumo se acercan, empieza agitarse. No sólo en materia de anuncios sino además en el pase de facturas para encontrar al responsable del problema.

En esa disputa se inscribió la semana que pasó el cruce de acusaciones entre el ministro de Planificación Federal Julio De Vido y ex técnicos y funcionarios del área durante la década del 90, como el caso de el ex secretario de Energía, Daniel Montamat, quien avisoró años difíciles en materia energética.

"Sólo esperan nuestro fracaso pero no vamos a fracasar porque contamos con la ayuda del sector productivo", salió a responder De Vido ante las declaraciones de Montamat que aseguraban que el plan anunciado por el gobierno (Energía Plus) eran una muestra de que el sistema eléctrico estaba al límite.

A sabiendas de que los problemas de generación son inminentes y en crecimiento y un mayor abastecimiento demandará al menos dos años más -hasta que estén en funcionamiento las nuevas usinas térmicas- la apuesta del gobierno pasa por garantizar el suministro al sector residencial y pymes -hay que recordar que se viene un año electoral y no es bueno tener a la gente en contra- y exigirle a los grandes empresarios un esfuerzo que, como siempre, será recompensado.

Mediante el Plan Energía Plus se pretende que los grandes consumidores realicen sus propia generación y aporten el sobrante al resto del sistema. Para eso, el gobierno les garantizará una compensación por el mayor costo que representa utilizar sus propios equipos, que por caso, además requerirán gas o fuel oil, dos insumos también escasos.

La propuesta, que nuevamente suena a una fórmula para pasar el verano, está siendo analizada por los empresarios y con mucha atención en Santa Fe, donde el gran consumo está representado por 2.300 empresas que reciben el suministro a través de la EPE y 150 de ellas concentran el grueso de la demanda.

Pero aunque aún existen dudas -y esto es lo que más traba el consenso- sobre quién asumirá el costo de generar una energía más costosa, los industriales saben que es la única fórmula que tienen para poder pasar la coyuntura.
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