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 lunes, 03 de julio de 2006  
Intentan crear plantas que toleren mejor la falta de agua

Un grupo de investigadores argentinos estudió los genes que determinan los niveles de tolerancia de las plantas a la falta de agua, lo que se traduciría como "estrés" de las especies, con el objetivo de modificarlas genéticamente para aumentar su productividad, informó la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica.

"Un organismo que está sometido a situaciones extremas sufre de estrés; lo mismo sucede con las plantas", aseguró el científico Norberto Iusem, quien dirige un equipo de biólogos del laboratorio de biología molecular de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.

Con el apoyo de la Agencia Nacional de Promoción Científica, este grupo de investigadores estudió un conjunto de genes cuya función es determinar el nivel de tolerancia a la falta de agua, mediante la utilización de técnicas de ingeniería genética.

"En este contexto, los genes que nosotros estudiamos son candidatos a ser introducidos por técnicas de ingeniería genética a plantas comerciales sensibles al estrés", precisó el científico.

"Si se logra esto de forma exitosa, podríamos obtener plantas comerciales mejor adaptadas al estrés que podrían sufrir al crecer en suelos áridos", una perspectiva nada desdeñable si se tiene en cuenta que el 75 por ciento del territorio argentino se encuentra en proceso de desertificación.

La planta más resistente encontrada por los científicos fue una variedad de tomate que crece en la puna de Atacama (la zona más árida del planeta) cuyos genes podrían ser implantados en otras variedades y así aumentar su tolerancia a la escasez de agua.

Según explicaron los especialistas, una vez que las plantas reciben poca agua, y se genera el proceso de estrés, baja la presión de turgencia, sus hojas decaen y su tallo se debilita, mientras que los poros contenidos en sus hojas se cierran.

De esta manera, en un lento proceso de adaptación genética, desarrollan raíces profundas capaces de absorber agua atrapada en los suelos rocosos, fenómeno que explica que existan plantas que resisten a climas secos, y otras que no. (Télam)
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