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| lunes,
03 de
julio de
2006 |
Justicia y
accidentes viales
"El accidente vial no es inexorablemente predeterminado por Dios o el destino, caso fortuito o fuerza mayor, imposible de evitar. No es producto de la casualidad sino de la causalidad" (Eduardo Bertotti - director Isev). Parece una paradoja esto, pero entérense de que es así, ninguna familia en este país pudo obtener de la Justicia una respuesta favorable a tantos pedidos, una condena justa. Todavía esperamos que alguien castigue a estos asesinos al volante cuya característica principal es conducir ebrios, drogados, corriendo picadas, etcétera. ¿Les parece justo? Existen tantas familias destruidas en este país por la muerte de tantos jóvenes, familias como la mía que jamás se va a recuperar de la tragedia de perder a Francisco, un adolescente de tan sólo 20 años, con toda una vida por delante, un excelente estudiante de Medicina, un gran hijo, un gran hermano... A veces ruego que a alguien con mucho poder le pase algo como a nosotros, para que de una vez por todas se termine esta impunidad. Porque recién ahí, cuando lo vivan en carne propia, van a entender qué se siente, y quizás si quieren a sus hijos van a empezar a luchar para cambiar algo. Nadie entiende, nadie ve, nadie hace algo hasta que te toca de cerca. Y ahí les puedo asegurar que es muy tarde para lamentos, es tarde para volver el tiempo atrás. Es tarde para esperar que quienes se supone nos tienen que defender e impartir justicia se pongan en el lugar de la víctima y sus allegados. Por eso, recomiendo si alguien quiere matar a otra persona no use armas de fuego ni armas blancas, tome un auto y atropéllelo, le aseguro que no tendrá problemas y jamás irá a la cárcel (que esto último no se tome en el sentido literal, es sólo una comparación).
Carina Canga (Wheelwright, Santa Fe), DNI 26.912.968
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