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 viernes, 23 de junio de 2006  
El crimen de José Enrique Mancini
Duro revés judicial para el autor de un trágico asalto en Arminda
A la pena de la Justicia local le sumaron una condena de la de Córdoba. Deberá pasar 30 años en prisión

Uno de los hombres que asaltaron una finca en Arminda hace cuatro años, oportunidad en la que fue asesinado su propietario, sufrió un duro revés judicial. Una condena que tenía pendiente en la provincia de Córdoba por 15 hechos de robo, causa que se descubrió mientras la Cámara Penal de Rosario revisaba el fallo que lo había declarado culpable en primera instancia, hizo que se le elevaran a 30 los años de condena. De acuerdo al cómputo realizado en base a las sanciones unificadas, el imputado habrá cumplido su condena en agosto de 2024.

Se trata de Marcelo Priotti, el Tuerto o el Cordobés, quien en junio del año pasado fue declarado culpable junto con un cómplice de participar en el asalto donde fue asesinado José Enrique Mancini, propietario de un surtidor ubicado en las afueras de Arminda, sobre la ruta 14. El hecho ocurrió el 5 de enero de 2002 cuando la familia del comerciante estaba cenando. Entonces, el dueño de casa se levantó de la mesa y fue hasta otra habitación en busca de un sacacorchos.

Fue en ese instante cuando se encontró con dos delincuentes encapuchados. Según la investigación, Mancini fue ejecutado porque se habría resistido al robo. La víctima se desplomó al pie de un parrillero y los asaltantes avanzaron hacia el interior de la casa, donde estaban la mujer, los hijos y otros familiares. Todos fueron encañonados y obligados a entregar dinero y objetos de valor sin saber hasta ese momento la suerte corrida por Mancini. El crimen se descubrió cuando los hampones huyeron del lugar.

El crimen de Mancini tuvo una derivación inesperada. El 19 de febrero de ese mismo año, dos delincuentes volvieron a la casa de la víctima con intenciones de robo. Pero el golpe se frustró con la llegada de la policía. La pesquisa que se hizo de ambos hechos determinó que fueron los mismos autores. Uno de los elementos fundamentales fue la descripción que los testigos brindaron de uno de los hampones, quien no pudo disimular un ojo estrábico a pesar de la capucha que usaba.

El juez de Sentencia Nº1, José María Casas, en su momento encontró pruebas suficientes como para acreditar la participación de Priotti, quien en esa época purgaba una condena en Coronda y tenía permisos de salidas transitorias, en ambos hechos en compañía de un ex compañero de celda, Ariel Cabrera.

La Justicia lo declaró reincidente porque entendió que cometió esos delitos cuando estaba con salidas transitorias. Además, le imputó el asalto y privación ilegal de la libertad de un remisero ocurrido meses después del crimen de Mancini. Casas le impuso una pena de 28 años de prisión, pero el abogado defensor, Guillermo Muratti, apeló para que el fallo sea revisado. Meses después, el tribunal de alzada ratificó la condena, pero bajó la sanción y la dejó en 25.

A todo esto, y mientras se realizaba el trámite de revisión, llegó la noticia de que Priotti tenía una condena pendiente que le impuso en 1999 la Cámara del Crimen de Villa María, Córdoba. Trece robos simples y dos calificados fueron los hechos probados en su contra que determinaron una condena a 14 años y tres meses de cárcel. Por lo tanto, el expediente tuvo que volver a manos del juez Casas, porque fue quien le impuso la pena más grave en su momento, la del homicidio de Mancini. El magistrado de Rosario estableció entonces que Priotti deberá pasar en total 30 años presos.

El defensor de el Tuerto, Guillermo Muratti, anticipó que apelará ante la Cámara para que se reduzca la pena. "Al imponer esa cantidad de años, Casas se amparó en la última reforma al Código Penal, donde se subieron las penas. Creemos que Priotti, si cometió los delitos que le imputan, lo hizo antes de la de que entraran en vigencia esas normas, por lo tanto debe ser castigado con la antigua ley".
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