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 viernes, 23 de junio de 2006  
La fe mueve al fútbol
La mayoría de los seleccionados es creyente y profesa alguna religión

Mientras sus discípulos aún duermen, Luis Felipe Scolari aprovecha para ir al monasterio ubicado detrás del cuartel general de la selección portuguesa en Marienfeld. Todas las mañanas, lejos del barullo, el técnico brasileño intenta cargar allí nuevas energías.

  “La fe cumple en mi vida un papel muy importante”, señala el hijo de inmigrantes italianos, quien conscientemente eligió el hotel cerca del monasterio.

  Casi ninguna selección es ajena a Dios o la fe: persignarse al momento de pisar el campo de juego o después de un gol y rezar antes de los partidos o los entrenamientos son ya rituales conocidos entre los jugadores.

  Sobre todo los futbolistas brasileños muestran su fe religiosa y rezan en pequeños grupos o se intercambian textos de la Biblia. “Las victorias son importantes, pero también son pasajeras. En 2002 rezamos para que saliera campeón el equipo que honrase el nombre de Dios. Y ayudó”, declaró Lucio después del triunfo de hace cuatro años, mientras lucía una camiseta con la inscripción “Jesus loves you” (Jesús te ama).

  También en la selección alemana varios jugadores son creyentes, aunque no lo demuestren en público como lo hace el campeón del mundo. “La fe para mí es algo íntimo”, señala Christoph Metzelder. En tanto, su compañero David Odonkor sí muestra su creencia abiertamente: un tatuaje en su brazo lleva la inscripción: “Creo en Dios y en mi familia”.

  Por su parte, las manifestaciones religiosas de las selecciones de países islámicos, como Irán y Arabia Saudita, son más discretas. La única expresión pública de fe se vio cuando varios jugadores sauditas se arrodillaron para celebrar un gol en el empate 2 a 2 ante Túnez.

  Durante el Mundial, los jugadores de Arabia Saudita redujeron sus cinco rezos diarios a tres, aunque es usual verlos orar espontáneamente en algún rincón del hotel en Bad Nauheim.

  En las habitaciones del cuartel general se colocaron flechas en paredes, techos o muebles indicando la dirección de La Meca. En el hotel que ocupa el equipo iraní en Friedrichshafen, se instaló incluso una sala de oración.

  Algunas estrellas reconocieron que el fútbol no es todo en la vida. “Nunca recé para ganar o hacer un gol. En primer lugar quería estar libre de lesiones. Y después le pedía a Dios que el partido no terminara 0 a 0”, dijo el ex astro brasileño Pelé, mientras su sucesor, Ronaldinho, expresó alguna vez: “Dios me castigue si me quejo por esta vida”.


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