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 viernes, 23 de junio de 2006  
"Música para corazones nostalgiosos"

Rodolfo Bella / La Capital

El mundial de fútbol también es el mundial de la música y en Alemania se manifestó con fuerza contagiosa. El encuentro tuvo una celebración previa con un megarecital en la Puerta de Brandeburgo a cargo de Simple Minds. El mismo día de la inauguración comenzó una serie de conciertos de cuarenta y siete grupos de treinta países que van a tocar en más de trescientos conciertos distribuidos en doce ciudades. Entre ellos está el grupo argentino Super Ratones. Mientras, el mundial se sigue moviendo al ritmo de la pegadiza canción que creó el alemán Herbert Groenemeyer, autor de la canción oficial "Zeit, das sich was dreht" (Día de celebración) .

Todo ese dinamismo musical germano, sin embargo, no se refleja en las pantallas argentinas. Todo lo contrario. Por estos días, acordes prolijamente dispuestos sobre el pentagrama, acarician como un murmullo bastante deprimente la sensibilidad de sufrientes espectadores.

Como si esperar el resultado del partido inaugural de Argentina frente a Serbia Montenegro hubiese sido poca cosa, además, antes, durante y después de cada encuentro, hubo y hay que soportar el llamado a las lágrimas de melodías incidentales en publicidades, promociones, y casi cualquier cosa que merezca la pena venderse.

No es que esté mal que cada vez que aparece la celeste y blanca, ahora que está jugándose el honor tan lejos de su tierra, más de medio país la mire flamear

con nostalgia a través del plasma o un humilde 14 pulgadas.

Tampoco se trata de que emocionarse se pueda considerar nocivo. Todo lo contrario. Pero cuando la música parece la campana de largada para que se desaten las pasiones, por más profundas y genuinas que sean, algo parece forzado, como si los sonidos atropellaran los sentimientos en lugar de acompañarlos.

La música que acompaña al mundial en la televisión argentina recurre al viejo efectismo de la nostalgia,

con la tristeza de una hija

no reconocida de "Día

de celebración".
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