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viernes,
23 de
junio de
2006 |
En acción. El trabajo de Cáritas deja huella en la ciudad
Cumple hoy 25 años una escuela
que vive gracias a la solidaridad
Está en el corazón de Villa Manuelita. Alberga y alimenta a más de 450 alumnos.
Surgió en 1981 gracias al impulso de religiosas, un sacerdote y una docente
María Laura Favarel / La Capital
Hechos, no promesas. Luego de que ayer el vicepresidente de Cáritas Rosario, Osvaldo Buffarini, diera a conocer el resultado de la campaña nacional de la entidad, ya se puede comprobar hacia dónde se destinan esos fondos. Una de las tantas iniciativas que creció bajo el ala protectora de Cáritas es la escuela parroquial oficial Nº 1.238 Santa María Dominga Mazzarello, que hoy cumple 25 años de vida, y es una de las tantas iniciativas que la entidad católica apoya en Rosario.
La escuela se instaló en el corazón de Villa Manuelita, en la zona sur de la ciudad, como una acción misionera de las hermanas de María Auxiliadora, un sacerdote (hoy obispo de La Pampa) y una docente. En un ranchito iniciaron un costurero, pero no les faltó tiempo para detectar la urgente necesidad de que los niños de la zona recibieran educación. Y allí nació la idea de levantar una escuela primaria, y después de mucho esfuerzo y del apoyo de innumerables personas se logró construir la escuela que hoy cuenta con dos plantas y alberga en sus aulas a más de 450 niños.
La institución funciona en Güiraldes 526 (Grandoli al 3900), una de las zonas más peligrosas de Rosario, donde resulta difícil que la policía se acerque y los taxistas dicen que "hay que dejar el auto en primera y no detener la marcha porque te roban todo". Sin embargo, las más de 40 docentes no dudan en acercarse cada mañana para brindar lo mejor de sí a sus alumnos, que viven en situación de extrema pobreza.
Es allí donde Cáritas entra en acción. "Nos ocupamos de los chicos más carenciados y de su situación familiar. Se estudia cada caso para ver qué necesitan; si alimentos, guardapolvos o los libros para la escuela", puntualizó Buffarini.
Talleres de nutrición
Otros de los emprendimientos que la institución caritativa está llevando a cabo son los talleres de nutrición para padres, con el fin de evitar que los niños perezcan entre los extremos de la desnutrición y de la malnutrición. Porque si bien la escuela cuenta con un comedor, "la idea es que todos los chicos recuperen la mesa familiar y logren alimentarse en forma saludable", señaló Zulma Ramírez, directora de la escuela. "Para las familias que carecen de alimentos, Cáritas se ocupa de brindarles el bolsón", agregó.
Como toda escuela marginal, los problemas en Villa Manuelita abundan. "No tenemos gas ni estufas en las aulas, algunos pisos todavía no están colocados y cargamos con una gran deuda por haber arreglado la cañería", contó la directora.
Pero esto no es tan grave como la situación que se vive en la zona. "Muchos dicen que la pobreza disminuyó, pero yo no sé dónde pasó eso", dijo la directora con ironía. "Aquí tenemos más de 180 niños que almuerzan en la escuela", señaló. Además, los chicos del turno mañana toman la copa de leche y los de la tarde la merienda.
Que la escuela siga en pie tiene un sólo secreto, la buena voluntad de la gente que trabaja allí. Así lo afirmó la directora: "Aquí los fundamentos son los docentes que están más que comprometidos en su rol, además del apoyo del capellán y de Cáritas". Y es que cada uno de los maestros realmente se hace cargo de la situación extrema que viven sus alumnos. "A veces pagan cosas de su propio bolsillo, o van después de hora hasta la casa de los chicos cuando detectan problemas y ven que los padres no se acercan a la escuela", contó. Sin embargo, la directora no dudó en destacar que en la zona "hay muchas personas que hacen esfuerzos importantes para que sus hijos puedan estudiar, porque realmente quieren salir adelante".
Y gracias a esos esfuerzos, todos llegaron hasta aquí. Una historia que empezó hace 25 años y no se detiene.
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