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miércoles,
21 de
junio de
2006 |
Ley antitabaco
La Municipalidad de Rosario pone demasiado afán en amenazar a los bares que permiten fumar, aún en el sector fumadores. La ley debería ser impulsadora de las conductas humanas antes que represiva. Sería irrisorio impedir el tránsito de los vehículos porque el monóxido de carbono de sus caños de escape contaminan la atmósfera, o la circulación de peatones feos de cara porque esa "portación de rostros" es antiestética o cortar el agua porque oxida.
Carlos Mac Allister
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