Dortmund: no sólo fútbol

Patricio Pron

No es sorprendente encontrarse conque la mayor parte de las guías de viaje por Alemania dedica un espacio exiguo a Dortmund; durante décadas la ciudad ha evocado en la mente de los alemanes imágenes de producción industrial, contaminación y superpoblación al igual que Gelsenkirchen y las otras localidades de la cuenca del Ruhr. Si bien fundada en datos concretos, esta fama debe ser puesta en entredicho, en particular si se considera la enorme cantidad de eventos culturales y los grandes espacios verdes que hacen de Dortmund un sitio agradable donde dar rienda suelta al ocio fuera de las rutas turísticas tradicionales, así como un punto excelente para, desde allí, visitar otras ciudades de la región como Colonia, Bonn o Münster.

Qué ver: Durante la Segunda Guerra Mundial, Dortmund fue destruida en un 90 por ciento, pero aún así existen aquí algunos edificios que vale la pena conocer, como el modernista Stadttheater y las iglesias Marienkirche y Reinoldkirche, cuya torre de 104 metros de altura es un símbolo de la ciudad. Situada a pocos kilómetros de Dortmund, Münster es una ciudad pequeña pero atractiva a la que los estudiantes ?es la cuarta universidad alemana en tamaño? le otorgan un aire inquieto y excitante. Sus principales atracciones son la catedral de St Paul, cuya construcción se remonta al siglo XIII, el ayuntamiento o Rathaus, donde se firmó la llamada Paz de Westfalia que puso fin a la terrible Guerra de los Treinta Años, en 1648, y numerosos edificios barrocos. Existen servicios regulares de tren que conectan Münster con Dortmund en 50 minutos, pero quien alquile un coche tendrá también la oportunidad de visitar alguno de los más de 100 castillos que rodean la ciudad.

Qué comer: Dortmund no es sólo sinónimo de fútbol sino también, y principalmente, de buena cerveza; siete variedades son producidas en la ciudad y pueden ser disfrutadas en cualquiera de sus cervecerías, así como también en el recientemente renovado "Brauereimuseum" o museo de la cerveza de la Steigerstr. Entre las actividades que se organizan en torno a esta bebida se encuentran la visita a una fábrica de cerveza cuyo precio oscila entre los 10 y los 21 euros dependiendo del menú que se elija para acompañar la catación, y un seminario de cinco horas de duración en el que el participante tiene la oportunidad de poner en práctica los conocimientos adquiridos fabricando su propia cerveza; el costo de este seminario es de entre 55 y 65 euros.

Qué traerse: Nadie debería marcharse de la ciudad sin una camiseta del Borussia Dortmund, el club de fútbol local y uno de los animadores de la Bundesliga alemana. Su fútbol, vistoso y eficiente, le ha granjeado simpatizantes fuera de Alemania, en particular gracias al talento de los checos Jan Koller y Tomas Rosicky y del brasileño Dedé. Las camisetas pueden adquirirse en la misma tienda del estadio o en cualquier negocio de ropa deportiva.

Qué evitar: Si algo atrae a los visitantes a Dortmund, de seguro no es la calidad de sus museos; pese a los esfuerzos de las autoridades locales, la ciudad tiene poco para ofrecer en materia museística, exceptuando el interesante Museum am Ostwall (Ostwall 7), cuya colección reúne casi 200 obras del expresionismo alemán. Huellas de dinosaurios (Museum für Naturkunde), colecciones de monedas (Museum fuer Kunst- und Kulturgeschichte), automóviles antiguos (Automobil-Museum Dortmund) o libros de cocina (Deutsches Kochbuch-Museum) añaden poco a la visita.

Qué pasa: El Westfalenstadion Dortmund (Rheinlanddamm 207) es escenario en junio de 4 partidos de primera fase: Trinidad y Tobago-Suecia, Alemania-Polonia, Togo-Suiza y Japón-Brasil el 22 aparte de un encuentro por octavos de final el 27 y una semifinal el 4 de julio.

La arquitectura moderna es uno de los atractivos de la ciudad destruida en la II Guerra Mundial.