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domingo,
18 de
junio de
2006 |
Sobre gustos: Daniel Scarfó
Daniel Scarfó es secretario académico de la Facultad Libre de Rosario, donde asimismo está a cargo de la materia Educación Sentimental. Ha desarrollado estudios literarios en Puerto Rico y Portugal, se doctoró en la Universidad de Yale y es además profesor en la Universidad de Buenos Aires y en Flacso. También ha enseñado en universidades de Canadá y Estados Unidos. Aquí responde algunas preguntas sobre sus gustos y opiniones.
-¿Cómo se define la educación sentimental?
-Una educación que amenace la coherencia pero que aumente la flexibilidad y las posibilidades para la vida pública, que nos entrene en humildad y reconocimiento en un mundo acosado por mandatos de limpieza y conquista, que implique una tolerancia a la incomodidad e inclusive hasta una temporaria humillación, que convierta el dolor de la incomprensión y la inseguridad en el placer de la contemplación de lo complejo. De la que se pueda esperar una ambivalencia de códigos que puedan ayudar a detener conflictos, que ofrezca una opción estética ante lo extraño, un dialogismo infinito donde sentirse cautos y precarios.
-¿Qué es lo que se aprende al dar clase?
-Se aprende que no hay que dar clases sin más o, mejor dicho, que hay que dar clases, entre otras cosas, sobre qué significa dar clases. Se aprende sobre la tragedia que envuelve a todo conocer.
-¿Cuál sería el estudiante ideal para la Facultad Libre?
-Alguien que se detenga a escuchar el crujir de las hojas en otoño o que no deje de preguntarse qué puede haber detrás de cada puerta de las casas de la ciudad o que silbe frente al Paraná alegremente sofocado por el rumor de los paseantes un domingo por la tarde. Alguien inquieto, curioso y amable.
-¿Qué actitud agradecés en una persona?
-La amabilidad, el tacto, la sinceridad, la entrega, en algunas. Y, en otras, su lento desvanecerse en el tiempo.
-¿Qué libro ha sido injustamente olvidado?
-Esta elijo no contestarla. No voy a arrogarme la potestad de decidir sobre lo justo o lo injusto de ciertos olvidos.
-Si pudieras tomar una decisión con algún lugar de la ciudad, ¿qué harías?
-Pondría un vendedor de barquillos en cada esquina. Y con cada barquillo, una promesa de aventura...
-¿Cómo es tu momento ideal?
-Abrazando a la persona amada, tomando mate con mis viejos, pegando un passing-shot en un partido de tenis, viajando a cualquier parte, leyendo un buen libro, cantando, bailando, dando una buena clase, riéndome y haciendo reír a otros... No tengo un momento ideal, estoy abrumado por momentos ideales, que toman muchas formas.
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