Un detenido intentó escapar de un penal oculto en un tacho de basura

Fue la mañana de ayer en la seccional 15ª. El ardid ya había sido puesto en práctica, sin éxito, en otras ocasiones

En una treta varias veces repetida e igualmente frustrada en las comisarías, un preso intentó escapar escondido en un tacho de residuos, pero fue descubierto cuando la policía, en lugar de sacar el cubo a la calle, arrojó la basura en un contenedor del patio y el sueño sólo duró unos minutos.

El nuevo intento de ganar la calle entre los desperdicios se registró a las 9.15 de ayer en la seccional 15ª, donde los sábados de 10 a 13 hay horario de visitas. Una actividad de rutina antes de la llegada de los familiares, según contaron fuentes de la seccional, es limpiar el tacho de la basura que utilizan los 45 internos. Se trata de un recipiente de 200 litros cortado al medio y con dos manijas que fue provisto a la repartición por la empresa Lime.

Allí se escondió Martín Fernando Rearte, un preso de 20 años acusado de tentativa de robo en el juzgado de Instrucción Nº 12. Pero en lugar de trasladar el tacho a la calle, los agentes volcaron los residuos en un contenedor que está en el patio trasero de la dependencia y que se vacía tres veces por semana.

Al vaciar el cubo, que encontraron más pesado que de costumbre, los policías hallaron a Rearte en posición fetal, apretujado en el fondo del tacho, cubierto por una bolsa de consorcio negra y "con un par de zapatillas en las manos, ya que estaba descalzo", describió el jefe de la dependencia, Jorge Acosta. Rearte volvió al penal, aunque el paseo entre la basura le valió una causa por tentativa de fuga.

No es la primera vez que un detenido trata de ganar la calle escondido entre los residuos. Al menos otros tres casos se registraron en los últimos tiempos en distintas seccionales de la ciudad.

El último episodio se había producido el 3 de diciembre de 2005. Aquel día, Diego Jesús Gómez, de 26 años, estaba alojado en la seccional 30ª purgando una condena por homicidio agravado. Cuando la guardia del penal estaba atenta a la visita de los familiares, el muchacho se escondió en un tacho de residuos a la espera de que el personal sacara la basura hacia la vereda. Pero todo quedó en un fallido intento porque los agentes no tuvieron más que levantar unos centímetros del piso el recipiente para comprobar que su peso era por demás de sospechoso y dejar al descubierto a Gómez, quien emergió de entre las bolsas plásticas.

Otro episodio ocurrió el 23 de agosto de 2005 cuando dos vigilantes de la seccional 26ª de Villa Gobernador Gálvez encontraron a Gustavo Daniel Gómez hecho un ovillo en un contenedor cubierto de residuos y respirando a través de una manguera. En tanto, el 19 de diciembre de 2004, Rubén Duré, confinado también en la comisaría 30ª por un robo calificado, procuró salir mediante el mismo ardid sin poder lograrlo.