Fobia social

Cristina Goytía: "Hay miedosque invalidan"

La psicóloga confirma que aumentaron las consultas de adolescentes

Clarisa Ercolano / La Capital

Excesivas tensiones, aumento de la vulnerabilidad y baja autoestima. Según la psicóloga Cristina Goytia, estos son los primeros disparadores de la llamada fobia social. "Hay un marco referencial, un encuadre sobre el cual no hay dominio, y la gente fóbica no encuentra la actitud para reaccionar ante determinadas situaciones, no encuentran el cómo", explica la profesional, que aseguró a Mujer que si bien el término fobia ya se asoció al vocabulario cotidiano, los casos continúan en franco crecimiento, sobre todo en los adolescentes.

El que padece fobia social antepone al otro como medio de evaluación; espera la aprobación constante, y de hecho, anticipa una evaluación negativa. "Los miedos racionales son buenos. Está bien tener miedo de subirse en un auto que va a 200 kilómetros por hora, pero es irracional no querer subirse a ningún auto", ejemplifica.

Un dato a tener en cuenta es la cantidad de estudiantes que concurren a las consultas. "Vienen porque sienten mucha presión, son perfeccionistas y dejan de rendir si se sacan un ocho o bien porque sienten la exigencia de sus padres que hacen el esfuerzo económico".

Para la psicóloga este trastorno debe su origen a la inestabilidad a nivel familiar, afectivo y hasta económico, que configuran el marco referencial que incide sobre la vida diaria de las personas. "Estamos en una época de transición, los valores de antes ya no sirven y no sabemos cuáles son los que vienen, lo desconocido asusta, da miedo y temor", dice.

Según la profesional, el primer miedo es al cambio. "No sabemos qué hay atrás, por eso la gente no cambia, eso se ve mucho en las relaciones de pareja que siguen pese a que ya no están bien". Pero también está presente en otros ámbitos de la vida. "Hay gente que necesita cambiar de lugar para crecer y no lo hace", comenta.

La fobia social, es para la profesional, muy común en países como el nuestro donde mucho "queda en el envase, en lo exterior, hay incomunicación, no se habla y se pierde la palabra".

"Mucha gente valiosa no se expresa por miedo. En el país una chica gordita y petisa, no muy arreglada, no tiene muchas chances", explica, y agrega que la Argentina es un país exitista y acomplejado "porque es demasiado exigente con el éxito y con el cuerpo, eso no se ve en Brasil".

Nadie parece escapar de la fobia social. "Quienes pueden pagar van al consultorio, pero están también los que no pueden porque tienen otras prioridades. A ellos la fobia los salva de la depresión, porque ponen la atención en un sólo lado", explica Goytia.

Los casos extremos llevan a encerrarse en la casa y a no querer salir, sin embargo, las señales de alerta empiezan antes y son fáciles de identificar: rostros de personas que se ruborizan, no hablan, cambian el tono de la voz, mueven constantemente las manos y transpiran excesivamente. Sin embargo, la experta advierte que la fobia social se alimenta también en el núcleo familiar. "Está la madre o el padre que habla por los hijos, dicen, este chico es así y asá, y resulta que el chico tiene 25 años", dice.

Una palabra que define a la fobia social es invalidante. "Hay gente que no puede salir si no es en compañía o que compran cosas inútiles porque no saben decir que no". Goytia recomienda sobre todo a los jóvenes fóbicos que tomen clases de teatro. "Eso ayuda mucho porque si logran destacarse en algo mejoran muchísimo", afirma.

Por lo general, el abordaje terapéutico es cognitivo, se trata de comprender cómo es la interpretación del mundo de la persona fóbica, para identificar fortalezas y debilidades.

Actualmente existen 364 fobias, casi una por cada día del año. Goytia patentó una nueva: la fobia a los bancos (hay gente que no puede pasar frente a ninguna institución bancaria).