Año CXXXVII Nº 49144
La Ciudad
Política
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales
Ovación Mundial


suplementos
ediciones anteriores
Página Solidaria 14/06
Turismo 11/06
Mujer 11/06
Economía 11/06
Escenario 11/06
Señales 11/06
Educación 10/06
Autos 25/05

contacto

servicios
Institucional

 domingo, 18 de junio de 2006  
Start up
Reciclaje: nada se pierde, todo se soluciona

Eduardo Remolins

El aceite de motor es una sustancia muy contaminante. Un litro de aceite usado puede envenenar aproximadamente 1.000.000 de metros cúbicos de agua potable. El mismo litro podría contaminar una hectárea y media de tierra cultivable, volviéndola estéril por más de 100 años.

¿Qué deberíamos hacer? Un grupo importante de personas opina que deberíamos reducir gradualmente el uso de automóviles y motores de combustión interna.

Otro grupo de personas, entre quienes me cuento, piensa que no hay ningún problema que el ingenio y la industria humanos hayan causado, que no pueda ser resuelto por ellos mismos.

Para nosotros, SaskAlta es un brillante ejemplo. La empresa canadiense se dedica al "re-refinado" de aceite. Este es un proceso por el cual se le retiran al aceite usado todas las impurezas y contaminantes que adquirió en su uso, volviendo a quedar en óptimas condiciones para cumplir su papel lubricante. El aceite no se degrada, sólo se ensucia. SaskAlta lo limpia.

También lo hace Evergreen, una firma de California que, como su asociada canadiense, produce aceites base, asfaltos y aceites ligeros para combustión, a partir del reciclado. Se calcula que si todo el aceite de motor que se utiliza en Norteamérica se recolectara y re-refinara, habría suficiente aceite para cinco millones de autos por año, sin necesidad de explorar, extraer y refinar hidrocarburos.

En términos sociales también hay efectos negativos dentro de nuestra organización socio-económica. Dos de ellos son el desempleo y la pobreza. Hay algunas personas que creen que ambos son necesarios y funcionales al sistema. Otros pensamos que no son deseables ni funcionales. Creemos que, como la contaminación, se pueden solucionar. Por eso nos fascina el caso de la cooperativa de cartoneros El Seibo, que en abril puso en marcha el proyecto Producción Ciruja. Este microemprendimiento utiliza los residuos no orgánicos (vidrio, cartón, papel) que recogen casa por casa en 100 manzanas de Palermo, para producir objetos de diseño. Diez cartoneros, tres diseñadoras y una arquitecta fabrican sillas vanguardistas de cartón prensado, almohadones con retazos de polar o vasos de diseño moderno hechos con botellas vacías, entre otros productos.

Una botella usada se cotiza en la calle a 10 centavos. Un vaso de Producción Ciruja vale, en la zona turística de San Telmo, un peso. No está nada mal.

Aunque empresas como ésta no vayan a resolver todos los males sociales, marcan un camino. Contaminación, pobreza y desempleo: nada que el ingenio humano no pueda resolver.

[email protected]
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados