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domingo,
18 de
junio de
2006 |
Una escuela de cuadros para el desarrollo local
Victoria Arrabal
La reforma del Estado y el proceso de descentralización administrativa que caracterizó la década de los 90 comenzó a demandar recursos humanos calificados para actuar y asesorar en los ámbitos municipales y regionales. A raíz de esta necesidad, la Facultad de Ciencias Económicas creó la maestría en desarrollo y gestión territorial.
Este estudio superior se realiza desde hace tres años en forma conjunta entre las Universidades nacionales de Rosario, Río Cuarto y del Sur, a cargo de docentes integrados a la Red Iberoamericana de Investigadores sobre globalización y territorio. La red, conformada por 800 especialistas de veintitrés países, está orientada a promover investigaciones sobre las transformaciones territoriales producidas por la globalización, los efectos económicos, sociales, políticos e institucionales.
Los estudios se refieren a distribución territorial de las actividades económicas y de la población, difusión y adopción de innovaciones tecnológicas, nuevas modalidades de gestión pública y disparidades regionales y/o locales en materia de calidad de vida y de bienestar social.
Estos fenómenos son abordados desde múltiples perspectivas que permiten un debate interdisciplinario en los seminarios internacionales que se realizan cada dos años en diferentes países.
Con el interés puesto en que estas investigaciones se apliquen a un campo concreto, la maestría local se dedica a formar recursos humanos para la función pública en los distintos niveles, tanto de los que se especializan en "desarrollo local" como en "gestión municipal".
"Tenemos alumnos economistas, licenciados en ciencia política, comunicación social, abogados, trabajadores sociales, ingenieros agrónomos, ingenieros forestales, licenciados en administración, diputados provinciales y hasta un presidente comunal del sur de Santa Fe", expresó la directora de la maestría, Alicia Castagna.
En el marco de esta maestría se organizó el seminario "Estrategias de innovación y sistemas productivos locales para el desarrollo territorial", a cargo de Inmaculada Caravaca, de la Universidad de Sevilla, y Ricardo Méndez, de la Universidad Complutense de Madrid.
"Hicimos un análisis de lugares que no tenían condiciones favorables para el desarrollo pero en los que se observaba la aparición de núcleos con un cierto dinamismo y capacidad de innovación, no sólo en su economía, sino también en su sociedad. Hemos venido a explicar cuáles pueden ser algunas claves para que pequeñas ciudades avancen en esta dirección y otras no", explicó Méndez.
"Estudiamos una localidad que está a 13 km al sur de Madrid llamada Getafe, una tradicional ciudad obrera industrial, de grandes fábricas metalúrgicas, que prácticamente desaparecieron en la crisis de los 80 y sufría una tasa de desempleo del 20% y de más del 40% en mujeres y jóvenes", agregó. A 20 años de esa ruina industrial, la ciudad transformó su situación por la acción del gobierno local, y ahora tiene un 5% de desempleo. Paulatinamente, se fue transformando en una ciudad de servicios con la construcción de un hospital y la instalación de una universidad pública, entre otros.
Los docentes observaron que Rosario está teniendo un comportamiento más dinámico que otras ciudades de sus características, y que por no ser una ciudad capital, debió buscar sus propias estrategias. En este sentido, consideraron que la instalación de un parque científico tecnológico constituye un claro ejemplo de esfuerzo de varios actores sociales por el desarrollo de la región.
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