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domingo,
18 de
junio de
2006 |
Un padre con
todas las letras
Mis tres hijos son el gran orgullo de mi vida. Mis tres hijos me dan la fuerza, el coraje y la serenidad que necesito para enfrentar cada día de mi vida. El placer que significa cocinarles todos los días, lavarles la ropa, llevarlos y traerlos del colegio, compartir fútbol, películas, dibujitos y tareas. El placer que significa que en los colegios a los que concurren sean los mejores alumnos. El placer que significa ver a mis tres hijos sonreír y crecer juntos todos los días. El placer que significa tener la responsabilidad de formarlos como personas por el camino del bien, de la dignidad y la honestidad. Todo con gran sacrificio, pero que es poco para poder ver felices a mis hijos. No es fácil cubrir todos los gastos que significa mantener una familia, más aún cuando el dinero se gana honestamente. Y aunque soy un papá divorciado de su mujer, la vida me premió con tener a mis tres hijos todos los días (no fue nada fácil conseguir eso judicialmente, hubo que soportar dolores y lágrimas). Jonatan, Brian y Kevin fueron, son y serán la razón de mi vida. Soy un privilegiado. Puedo ser papá con todas las letras.
Diego Darío Dolce, DNI 21.011.682
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