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sábado,
10 de
junio de
2006 |
Dos "brujas"
son sometidas a
un juicio popular
en Ecuador
Dos mujeres mestizas fueron acusadas de hacer "brujería" contra pobladores ecuatorianos, que afirman fueron engañados. Las mujeres, retenidas desde hace una semana, esperan ahora su "castigo" de acuerdo a las costumbres indígenas.
En 1996, en la misma población, incrustada en los páramos andinos, otras dos mujeres acusadas de algo similar, fueron juzgadas por los indígenas. Recibieron, semi desnudas y frente a toda la comunidad, un castigo que consistía en baños de agua helada y azotes con ortiga.
El escarmiento público es una forma de aplicar justicia de acuerdo a estas costumbres. Más que el dolor físico, la vergüenza y la exposición a la comunidad representa una muestra de lo que otros pueden recibir si cometen faltas.
Al poblado de Calhuasig Chico, de no más de 200 habitantes, se llega atravesando un largo y sinuoso camino de piedras en medio de las montañas. La capital de provincia más cercana, Ambato, se ubica 30 kilómetros al este.
El poblado, rodeado de pintorescos cultivos de habas, papas, quinua (su actividad de sustento), tiene una sola calle de tierra a lo largo de la cual se distribuyen no más de 20 casas de cemento con techos de metal o paja.
Maleficios
A las mujeres acusadas, Ruth Terán, de 49 años y su hija de 16 (de quien no se dieron los datos filiatorios), las llaman "brujas". El martes último, al menos mil indígenas se concentraron en la plaza del pueblo y en una suerte de asamblea, los dirigentes exhibieron las supuestas pruebas de los actos de brujería: unos libros llamados de San Gonzalo con nombres de los presuntos afectados por maleficios y otras herramientas utilizadas para esa clase de prácticas.
Según la creencia popular, en esos libros, terceras personas pagan para inscribir a quienes serán afectados por maleficios. Las supuestas hechiceras se encargan de borrar los nombres a cambio de dinero.
Los familiares de las presuntas brujas retenidas presentaron una denuncia ante un juzgado de Ambato contra el dirigente indígena Antonio Quinatoa, acusándolo de secuestro, pero poco después desistieron de la demanda a la espera de una salida negociada. Quinatoa permanece detenido en Ambato. (AP)
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