|
sábado,
10 de
junio de
2006 |
Rosario hizo un gran aporte a la lucha contra la tuberculosis
Científicos locales dieron un paso adelante en la investigación para lograr
una nueva droga
María Laura Favarel / La Capital
La tuberculosis dejó de ser una enfermedad del pasado. Hoy se la considera reemergente en distintos países, y también en la provincia de Santa Fe, donde según los últimos registros -que datan del 2004- hay 600 casos de personas afectadas. En el mundo conviven ocho millones de nuevos portadores y cada año se producen dos millones de muertes por esta enfermedad. Científicos del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR) y Conicet realizaron un aporte a la ciencia mundial dando un paso más en la investigación por el desarrollo de nuevas drogas que frenen el crecimiento de estas bacterias.
El doctor en bioquímica y director del proyecto de investigación, Hugo Gramajo, aclaró a La Capital que el avance logrado "no significa que habrá ya un medicamento nuevo en el mercado, pero sí supone un avance para que más adelante los laboratorios puedan desarrollarlo". Actualmente la enfermedad se trata con una serie de drogas que deben suministrarse durante seis meses seguidos. Además, este tipo de microorganismo, como el que produce la tuberculosis, muestra gran facilidad para volverse resistente a los medicamentos. De allí la importancia que tienen las investigaciones que buscan desarrollar nuevas drogas para frenar la infección. Pero ya se ve que no resulta fácil. De hecho, hace más de 30 años que no se lanza al mercado un nuevo medicamento para tratar la enfermedad.
Bajo el microscopio
Los investigadores están estudiando desde hace cerca de dos años qué compuesto de drogas podría frenar el crecimiento de la bacteria Microbacteryum tuberculosis. Esta posee una cubierta formada por lípidos complejos que hacen que esta bacteria genere resistencias a drogas. Las enzimas involucradas en la síntesis de los lípidos son esenciales para el crecimiento de la bacteria. "Estudiamos cómo atacar la síntesis de lípidos con el fin de lograr inhibir el crecimiento de la bacteria", explicó Gabriela Gago, codirectora del trabajo. "Logramos aislar las proteínas de las enzimas, conocer su estructura y probar compuestos químicos que inhibieran la función de esa encima", agregó Gramajo. Pero esto recién empieza, porque ahora los científicos deberán corroborar si efectivamente se detiene ese crecimiento. "Pero este es otro paso", adelantaron.
El grupo del IBR logró inhibir una molécula. Este descubrimiento es un paso importante en la investigación en la materia y abre un camino por donde continuar investigando qué otras modificaciones puede generar una droga más específica. Estos hallazgos podrían ser utilizados para desarrollar nuevos antibióticos más específicos para este tipo de bacterias. Pero esto ya será incumbencia de los laboratorios.
Los científicos trabajaron en forma conjunta con el equipo de investigadores dirigido por Héctor Morbidoni, de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario, y con la colaboración de un grupo de científicos de la Universidad de Irving, California, Estados Unidos.
El logro de los científicos locales fue publicado recientemente en la prestigiosa revista Proceedings of the Nacional Academy of Sciences de los Estados Unidos (www.pnas.org).
enviar nota por e-mail
|
|
|