¿Quién legisla en educación?

Los docentes estamos sumidos en un sistema perverso que no considera a la persona humana y su dignificación a través del trabajo. Para consuelo de tontos mi historia no es mal de muchos, fue la historia de unos pocos docentes declarados en disponibilidad en el año 2002 porque las matrícula de algunos establecimientos educativos disminuyó considerablemente y habiendo rendido concurso en el año 1994 con muy buen puntaje y después de tres años de haber titularizado comenzó una verdadera odisea. Reemplacé siendo titular, me reubicaron en otra escuela de la localidad, y mientras tanto este sistema educativo titularizaba docentes interinos con dos años de antigüedad, yo ya tenía 10 y me trasladé en un acto desesperado a un cargo rural con 4 alumnos. Volví a quedar en disponibilidad, volví a ser reubicada en la localidad. Y yo me pregunto, si bien el sistema nunca me dejó sin sueldo y sin trabajo, ¿y mis derechos? No se tuvieron en cuenta, sí se consideraba los derechos adquiridos de los reemplazantes que aún hoy, después de 4 años, siguen trabajando en la misma escuela, de la que me tuve que ir y volví el 1 de junio como vicedirectora. Es lamentable pero la titularización puede garantizar la estabilidad laboral, no así la emocional ni la que garantiza la dignidad. Mañana todos podemos desaparecer por decreto. Espero que algún día los legisladores que supimos conseguir empiecen a legislar sobre educación y logremos tener el país que nos merecemos los que cada mañana le ponemos el hombro, seamos titulares o reemplazantes, maestros de grado o directivos. Si bien la ley de titularización de interinos con dos años de antigüedad benefició a muchos compañeros, algunos de nosotros rendimos concurso, los que titularizaron anteriormente lo hicieron por antecedentes y hoy se habla del mismo sistema. Yo me pregunto si lo correcto no sería que todos ingresáramos al sistema de la misma manera para ser medidos con la misma bara, de otro modo creo que este sistema educativo es discriminatorio. Debemos luchar porque la legislación nos ampare, que la igualdad en cuanto a los derechos adquiridos sea una realidad, que los concursos de ingreso y ascenso tengan una periodicidad determinada por ley, para que no se generen debates desgastantes y que no haya un solo docente reempazante durante diez años porque no hubo concurso en ese período. Si todos, ministros, legisladores, gremialistas y docentes, luchamos por el mismo objetivo, "elevar la calidad del sistema educativo", estas internas deberían si no desaparecer por lógica humana, sí ser provechosas para el bien de todos.

Silvana Benítez, DNI 17.102.210