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sábado,
27 de
mayo de
2006 |
Simil piedra
Con materiales de construcción, Andrea Conti modela piezas rústicas y de diseños precolombinos
Con un poco de cemento, marmolina, arena o yeso, la pieza comienza a cobrar forma. Un reloj, cuadro o adorno inspiran a la artesana Andrea Conti para lograr el efecto deseado: que parezca piedra. Esta original propuesta que con diseños precolombinos simulan efectos de tallado despierta curiosidad por tratarse de una pieza liviana y de estilo rústico.
Los relojes de pared son las piezas más representativas y con las que cada fin de semana, Conti sorprende a los visitantes en la Feria del Bajo. Como si estuvieran hechos sobre una base de piedra, son útiles y distinguidos. El secreto de esta singular apariencia se encuentra en la mezcla de los materiales, casi siempre a base de yeso, con el objeto de lograr piezas livianas, blandas para trabajar y con efecto tallado.
"Descubrí un material que me encanta. Cuando empecé a trabajar me dí cuenta que podía crear una enorme variedad de objetos. A partir de ensayo y error, comenzó mi autoaprendizaje, teniendo en cuenta los tiempos, los puntos de fraguado y las técnicas", manifestó Andrea durante una charla con Estilo en el living de su casa, ambiente que alberga casi en exclusividad objetos de su autoría.
La puerta que le permitió a la artesana ingresar al mundo de las manualidades se abrió cuando menos lo esperaba. "Me había quedado sin trabajo y comencé a hacer adornos y a probar con distintos materiales, madera, papel y parafina".
Su destreza manual la llevó a exponer las primeras piezas en la Feria de Pichincha, y más tarde, en la del Bajo. Desde ese momento, los materiales de construcción fueron el centro de inspiración de su galería de objetos.
"Mi primer trabajo fue un grabado. En realidad, quería hacerlo con madera pero me resultaba muy dura, y las herramientas incómodas. Así descubrí que sobre una placa de yeso o cemento -preparada en su punto gusto- era más blanda, podía crear, deslizar, y lograr terminaciones", admite.
Cemento, marmolina, yeso, arena, aserrín, tintes vegetales, incluso condimentos de cocina o sulfato (para lograr el efecto de óxido), se utilizan para lograr variedad en la textura. El proceso de preparación es por fraguado. Primero se prepara la base, dando textura, y luego se elige el diseño que por grabado, alto o bajo relieve queda plasmado en la pieza.
"Es preciso aprender a respetar los tiempos de cada material, esperar que seque la pintura, y después proceder a las terminaciones. Una de las primeras lecciones que debe aprender todo artesano es la paciencia, que en mi caso requiere de una semana para lograr el producto terminado".
Aunque de aspecto similar a la piedra, el peso de cada pieza varía de acuerdo al material empleado. "Las máscaras, por ejemplo, llevan más carga de material al igual que los porta llaveros que deben soportar peso", asegura Conti.
Figuras con historia
A la hora de mezclar con otros elementos elige los provenientes de la tierra, como la piedra, el ladrillo o la madera, combinados con hierro, cartón y telas, porque sugieren volumen, forma y luz.
Con diseños precolombinos, cada reloj lleva implícito mensajes de nuestra cultura y el amor a la tierra. "Me gusta transmitir a través de los objetos, volver a nuestras raíces y a lo auténtico de la tierra", reflexionó la artesana y profesora de historia.
Para lograr estos diseños, es preciso además respetar los colores de la época. Los tintes naturales u óxidos provenientes de la tierra, como ocres, marrones o rojizos, amarillentos y verdes secos son los más utilizados. "En cambio, en las culturas mayas o aztecas, los colores sí eran más estridentes", resaltó Conti, quien a la hora de pintar prefiere hacerlo con las manos.
El barniz que llevan las piezas es el mismo que se utiliza para los ladrillos, cuyas propiedades ofrecen impermeabilización, fácil limpieza y terminación semimate.
Sin despegarse de la artesanía, su interés comenzó a desplazarse hacia las artes plásticas. En la actualidad cursa dibujo y pintura en la escuela Musto y se animó a incursionar en el mundo de la pintura. "Cada imagen se construye. Surge primero la idea y la forma, y luego los colores. A diferencia de los relojes, prefiero trabajar con figuras abstractas y contrastes de color y volumen", dice.
A punto de terminar una nueva pieza, Conti interrumpe una vez más su trabajo con la intención de manifestar una idea, la misma que sostiene desde que comenzó. "Todos tenemos un don para hacer cosas hermosas, ya sea para cantar, bailar, cocinar, o hacer artesanías, sólo hay que tomarse un tiempo para descubrirlo. Encontrarlo es darle un nuevo sentido a las cosas. La belleza es una de las virtudes que sanan el alma, y cuando uno encuentra la forma de hacer algo bello se siente muy bien".
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