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domingo,
21 de
mayo de
2006 |
[primera persona]
Toni Sellés: "Somos especialistas en nada"
El diseñador catalán habla del proyecto Place, una muestra que reúne el trabajo de artistas de todo el mundo, y señala las nuevas direcciones de la disciplina
Lisy Smiles / La Capital
Viajar, la fantasía de cruzar fronteras y ver cómo vive el otro, cómo trabaja, qué le gusta. Abrir el diálogo, reflexión o discusión. Jugar como un niño. Provocar y no parar, sobre todo eso, no permanecer quieto. Estas son algunas de las ideas que impulsaron a los integrantes del estudio de diseño Vasava (Barcelona, España) a lanzar "Place: el mundo en una maleta". Una convocatoria a 35 diseñadores y artistas plásticos de igual cantidad de ciudades a que envíen sus creaciones, en soportes variados: un libro, una cámara de video y una camiseta, todo incluido en una maleta que iba y venía. Mientras, otro grupo imaginaba relatos más o menos reales sobre esos sitios, y creaban otro libro.
Place, según Sellés, logró su cometido. Pero aún está vivo. La recopilación del material, o la cosecha como gustan llamarla sus mentores, llevó 18 meses. Una vez lograda comenzó a pasearse como muestra en España y ahora ha salido del Viejo Continente. Montevideo, Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Santiago de Chile y Lima integran la lista de ciudades anfitrionas.
"El Place sigue haciendo su vida, nació con una vocación que está cumpliendo, vocación viajera. El objetivo no era llegar a ninguna conclusión sino dejar una serie de cuestiones abiertas, y una reflexión iniciada", dice Sellés.
Junto a su hijo Bruno fundó Vasava en 1997. Antes intentó estudiar arquitectura pero el franquismo cerró la carrera cuando la estaba cursando, y sus ganas de mantenerse activo lo llevaron a una escuela de diseño. Allí se formó junto a un argentino, América Sánchez, empezó a ser docente y a tomar algunos trabajos profesionales. Hasta que decidió jugarse y crear su propio estudio. No olvida sus esforzados inicios, a pesar de que hoy Vasava trabaja con marcas de alcance mundial como Diesel o Hewlett Packard, además de encarar proyectos culturales permanentemente.
Sellés viajó hasta Rosario para acompañar este cúmulo de imágenes que no cesan de hablar, algunas de los sitios elegidos; otras, de los mundos propios y ajenos, reales o imaginarios.
-¿Cómo surge Place?
-El proyecto comenzó hace cuatro años y se inició tipo: "Me gustaría hacer un libro de viajes". Lo que viajó fue el libro, viajó solo y se impregnó con imágenes y sensaciones del entorno cultural y de nuestra actividad que es el diseño. Cuando avanzábamos nos dimos cuenta que no podíamos perder ciertos elementos de comunicación contemporánea como es el video y además la idea de la videoletter, de la carta que le puedo escribir al otro, nos interesó mucho. Por eso surge la maleta, necesitábamos envolver todo esto en algo que fuera además interesante, agradable y provocativo. Y ahí sale la maleta. Definimos dos individuos por mes, con lo que inventamos o adaptamos el meridiano de Greenwich y decidimos que pasara por Barcelona, y dividimos el mundo en dos, al este y al oeste de Barcelona, que suena un poco egocéntrico, pero bueno, yo creo que cada proyecto tiene sus claves internas y esas claves son las que le dan una razón de ser, una perspectiva y una forma de entender.
-¿O sea que hacer este proyecto fue por puro gusto?
-Bueno, yo en aquella época tenía la siguiente teoría: "Si tú no crees en ti, quién va a creer". Finalmente no conseguimos todos los recursos que eran necesarios y tomamos la decisión de acabar con el proyecto como lo habíamos imaginado. Hubo que tomar un crédito.
-¿Tuvieron una devolución comercial?
-Estas cosas nunca son tangibles, evidentemente tienen una visibilidad. Directamente nunca obtuvimos ninguna ganancia. Hay tres cuestiones fundamentales en esto: gimnasia, difusión indirecta y visibilidad, o sea has sido capaz de hacer algo que mucha gente no hace.
-¿Qué pasa hoy con la eterna pregunta sobre la relación entre arte y diseño?
-Bueno, yo creo que nada, pregunta superada. Yo no tengo ningún problema en esto, arte y diseño, diseño y arte, a mí me da la mismo. Nuestro pensamiento es de cabeza abierta, cuanto más abierta, mejor. Uno tiene determinadas herramientas: su cabeza, su mirada, su postura, su mente, su ideología. Después, todo lo demás se puede estructurar. Nosotros hace poco estuvimos en el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla (Musac) con un proyecto de diseño pero que tiene que ver con el arte; por otra parte, colaboramos con gran número de artistas en dar visión a su trabajo. ¿Quién manda sobre quién? A mí no me preocupa, nunca me ha preocupado. Creo que hay una palabra: la gradación, y creo que hay un momento, cuando pasa de un codo al otro, en que eso no es ni uno ni otro, es ese punto, esa fusión.
-¿Pero aún se escucha la pregunta sobre si el diseño es o no una disciplina artística?
-El diseño tiene momentos hiperfuncionales y momentos hipersublimes. Hay diseñadores más funcionales y más artísticos, ahí está la elección de cada uno. Y hay quien hace de todo. Yo siempre explico que nosotros somos especialistas en nada. No queremos ser especialistas.
-Decir eso es inquietante.
-Bueno, es que yo tengo que pintar mi pensamiento y mi postura, y también mi unicidad. Por eso en mis inicios yo decía: "Todos van por ahí, yo voy para allá". Creo que así es la única manera de hacer algo diferente, de caminar en otra dirección. Uno acaba pensando, entonces, que uno ha generado cosas, no solamente su trabajo, sino sus actitudes han generado algo, han visto posibilidades, yo creo que he dejado herencia en algunas cosas, intangibles, si tú quieres, pero me parece bien. Siempre en este sentido hemos sido un tanto destroyed, hemos nacido con fecha de caducidad, nunca hemos querido hacer cosas para eternizarnos.
-Algunos critican justamente eso. Ven al diseño como arte, pero efímero.
-No sé. Las cosas tienen su momento, yo creo que a veces querer permanecer por encima de todo es hacer mal aquello que habías hecho bien. Cada uno que juzgue, uno tiene que hacer lo que uno piensa.
-¿El diseño hoy con quién dialoga?
-Dialoga con muchas capas, lo funcional, lo social, lo expresivo, la calle. En la calle hay mucho diseño, hay mucha gente que hace cosas y que se ven ahí, también con los medios. El diseño te hace la vida más fácil o más cómoda. Nosotros no somos especialistas en nada, y no me gusta el concepto especialización porque me parece algo limitativo. En cambio, cuanto más te universalices eres capaz de hacer más cosas, cosas distintas. Como niño juguetón uno necesita novedad, necesita estímulo, necesita meta.
- Ese no ser especialistas permite también mayor movilidad.
-Bueno, sí, pero la gente te encasilla aunque uno no quiera. Pero es verdad que nos movemos mucho, intentamos tener la mente abierta, y cuando hemos aprendido a hacer una cosa, debemos ir a aprender a hacer otra. Yo creo que si no hay un aprendizaje permanente, no tendría ningún interés.
La muestra "Place" puede visitarse en el Centro Cultural Parque de España, de martes a domingo, de 15 a 20, hasta el jueves próximo
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Fotos
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Encuentro. El proyecto de Sellés reúne a 35 diseñadoresy artistas de distintas ciudades.
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