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domingo,
21 de
mayo de
2006 |
Producción. El crecimiento industrial de la provincia y las futuras inversiones dependerán de cómo se resuelva el abastecimiento en un escenario de escasez
Energía, la madre de todas las batallas
Santa Fe es una de las mayores consumidoras de gas y electricidad, pero no tiene producción. Cómo resolver la dependencia
Sandra Cicaré / La Capital
Un usina térmica de 800 megawatios en proceso de licitación, cuatro interesados en danza para montar una planta de biodiesel, el gasoducto del NOA, las inversiones en el transporte de energía mediante la ampliación de tendidos de red de alta tensión y hasta el interés del gobierno de Bolivia -por ahora sólo como atisbo- de utilizar el puerto local para hacer llegar su gas hacia el Pacífico: todos proyectos que tienen como eje a la región y la convierten en un nudo estratégico del desarrollo en materia energética.
La movida no es caprichosa. La provincia representa el 11% de la demanda total del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), con un crecimiento que ronda el 5%. Participa también con el 8% del consumo total de gas natural del país. Su matriz productiva es gasdependiente. El 64% de la demanda total abastecida por Litoral Gas corresponde a la industria.
En tanto, durante 2005 la demanda de energía se incrementó notablemente, influenciada por las fuertes inversiones privadas en los sectores alimenticio y metalmecánico. Sin embargo, mientras la región pica en punta en materia de consumo, es una escasa productora de energía.
Al ritmo que crece la economía y las inversiones en capacidad instalada industrial están a la orden del día, la zona del Gran Rosario empezó a encontrar -quizás más rápido que el resto del país- los primeros cuellos de botella en materia de aprovisionamiento energético.
Por caso, hoy es un punto central en la definición de los procesos productivos e incluso decisivo a la hora de definir planes de expansión. "No hay industrial serio que pueda pensar en expandirse si no tiene garantizada la energía y muchas empresas de la región están considerando seriamente el desarrollo energético para ampliar sus plantas", apuntó el titular del Departamento de Economía de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), Daniel Guida a la hora de sacar una instantánea de lo que está ocurriendo en la región.
"Hoy se está tratando de resolver el tema vía inversiones, pero son en general del Estado", señaló el presidente de Fisfe, Carlos Garrera y disparó el debate: "Creemos que debe haber un mayor compromiso del sector privado".
El industrial resumió la voz de las empresas de la región que todos los años -a partir de 2003- arrancan con la premisa de que la energía será escasa, con la necesidad de fijar las pautas contractuales con las distribuidoras o generadoras según donde compren el insumo.
Los industriales santafesinos fueron visionarios en ese sentido y mientras el tema aún no se había instalado con tanta fuerza en las políticas de Estado, formaron pooles de gas y electricidad para garantizarse un insumo escaso y difícil de obtener en el corto plazo, por los problemas de infraestructura existentes en el país y los años de desinversión en esta materia.
Es más, muchos industriales están analizando la posibilidad de participar como accionistas de la nueva usina de ciclo combinado que se realizará en Timbúes y que ya está en proceso licitatorio. Esto les garantizará la provisión y los meterá -con pros y contra- en un negocio del que hasta ahora no podían participar.
Aún así, para Fisfe, el compromiso privado de las compañías que operan el negocio energético es esencial. "La Argentina seguirá creciendo y como proveedores las compañías de generación, transporte o distribución deben darnos este servicio", agregó Garrera.
Mayor demanda
La preocupación de los empresarios obedece a una realidad muy concreta. "El consumo de energía eléctrica del sistema argentino para 2006 se estima que duplicará el requerimiento del año 1992, pasando de 46.000 GWh a 92.000 GWh y la potencia hará lo propio en un 80% comprado con igual período", precisa un informe denominado "Variables significativas de la matriz energética de Santa Fe", elaborado por la Federación Industrial de Santa Fe y la consultora Eyis.
El relevamiento -que hace un pormenorizado estudio sobre la situación nacional y provincial- indica además que "Santa Fe es la tercera jurisdicción de mayor consumo de energía eléctrica luego de Gran Buenos Aires y provincia de Buenos Aires, y representa el 10,5% de la demanda total".
Por otra parte, el crecimiento de la demanda provincial entre noviembre de 2004 y diciembre de 2005 "fue del 41,3%, ligeramente superior a la medida del sistema que alcanzó el 39,6%", agrega el informe.
La misma tendencia se experimenta en materia de requerimientos de potencia. "La provincia de Santa Fe presenta un pico de consumo de 1.585 MW y la participación en la demanda total del sistema es de aproximadamente un 10%", apunta el estudio.
Pero además, la composición de la demanda de energía provincial resulta clave para entender su estructura productiva. "Santa Fe es la provincia que presenta mayor proporcionalidad de consumo por parte de los grandes consumidores o industriales frente a la demanda total de la provincia, incluso con un nivel muy superior al resto del país", dice el informe de Fisfe y Elys.
Así, tomando como base datos de julio 2005 el conjunto de grandes consumidores que compran a tarifa a la distribuidora (la Empresa Provincial de la Energía) más los que la adquieren a través del MEM, suman en Santa Fe el 42,7%, contra el 32,6% de Gran Buenos Aires y Buenos Aires; el 25,2% de Córdoba y el 34,7% del resto del país.
El gas, insumo clave
Según el estudio de la matriz provincial, el gas concentra el mayor porcentaje del consumo de energético, con un 32% (29% gas natural y 3% GNC), seguido por el fuel oil (23%), gasoil (16%) GLP propano/butano (14%) y energía eléctrica 11%. El resto está compuesto por naftas y demás combustibles líquidos
En términos absolutos, la demanda media mensual de gas natural al año 2005 es de 189.878 dam3 (decámetros cúbicos), siendo la de mayor incidencia en la provincia, aún cuando perduran vastas extensiones que no cuentan con redes de gasoductos.
Sin embargo, las principales ciudades (residenciales e industrias metropolitanas) cuentan con el servicio de gas por redes, pero no así algunos sectores ubicados entre Puerto General San Martín y Alvear -la zona industrial por excelencia en la provincia- lo que explica la gran participación del gas licuado propano/butano (GLP) en la matriz de consumo final de energía.
Por otra parte, en la provincia el GNC representa el 10% del consumo de gas natural, idéntica proporción que lo que sucede a nivel nacional, mientras que el fuel oil, representa una demanda media de 139.000 toneladas al mes (año 2005), consumidas mayormente por la actividad aceitera que posee contratos de servicios interrumpibles de gas natural y, en menor medida, por otros rubros industriales que no tienen acceso al gas por redes.
En tanto, el gasoil, demandado fuertemente por la actividad agropecuaria, es elegido además por usuarios vehiculares y su uso totaliza un promedio de 93 millones de metros cúbicos mensuales.
El gas representa un insumo clave para las industrias de Santa Fe. Según el relevamiento "el 64 por ciento de la demanda total abastecida por Litoral Gas (distribuidora de la región) corresponde a la industria". De este porcentaje, un 58% lo concentran quienes realizan sus compras en forma integrada a la distribuidora (compran una parte a los generadores y otra a la distribuidora) y el 6% restante a la industria que realiza sus compras de gas en boca de pozo en forma independiente.
"Si el mercado sigue como hoy, en 2020 la dependencia del gas natural va a incrementarse", dijo el ex secretario de Energía y titular de la consultora que lleva su nombre, Daniel Montamat en el II Encuentro Empresarial Académico Edde en la sede de la Universidad Argentina de la Empresa (Uade).
Por eso, consideró clave la definición del precio. "El interrogante es a qué precio lo vamos a importar desde Bolivia, ya que hoy lo pagamos tres veces más que el que proviene de los pozos argentinos y, en ese marco, no sólo interesa el valor sino que el depender de otro productor genera más inestabilidad", dijo.
Para enfrentar ese desafío, el especialista planteó la necesidad de desarrollar nuevas reservas. "Se debería construir cuanto antes el gasoducto troncal desde Bolivia, para luego ampliarlo a otros países. Es la opción más razonable y más barata", dijo.
También consideró viable "importar gas natural licuado (GNL) por barco para lo cual hay que construir una planta de regasificación cerca de Buenos Aires".
Sostén del desarrollo
Partiendo de la premisa de que pensar en aumento de la capacidad productiva requiere incremento en el consumo de energía -bajo cualquier fuente- el tema no es menor en la Argentina de estos días. Sólo basta mirar el incremento del Producto Bruto Interno (PBI) para observar cómo a ese ritmo se fue moviendo la demanda energética.
"Las crisis que sufrió el país en los últimos 30 años limitaron la evolución de los consumos de electricidad. Sin embargo, la tendencia creciente de la demanda de energía sólo se quebró en momentos de más aguda recesión económica en los años 1975, 1985, 1989 y 2002", explica el informe de Fisfe y Elys.
En materia de gas, "si bien el comportamiento año a año en Santa Fe difiere de lo ocurrido en el país -que experimentó una tendencia bajista desde 1998 hasta 2001- la tendencia fue la misma: un marcado descenso en el año 98 y 2004 debido a la ralentización del PBI en el primer caso y la crisis energética en el segundo", dice el relevamiento.
"El crecimiento económico argentino y de la región ya no es un veranito sino que está consolidándose y para sostenerlo en el mediano y largo plazo la variable energética es fundamental, no sólo en el ámbito nacional sino también para el Región Centro", dijo Guida.
Hasta ahora el cuadro de situación es preocupante. "El crecimiento fuerte de generación eléctrica, sobre la base de combustibles fósiles, que provocó un desbalance entre fuentes de energía, hace vulnerable al sistema, debido al suministro de combustibles -especialmente gas natural- necesarios para producir electricidad", explica el informe de matriz energética. Una vulnerabilidad que quedó manifiesta en los últimos tres años con restricciones en el servicio al sector industrial.
Por eso, se está en presencia de un "escenario malo" de cara al futuro. "Todo indica que en los próximos años el sistema dependerá más de los combustibles fósiles y por tanto, los costos de la energía serán más elevados", concluye el informe.
Ante la amenaza, prosperan las iniciativas. Es el caso del cada vez más creciente desarrollo de las fuentes de energía alternativa como la hidráulica, eólica, solar, química o los derivados de la biomasa entre los que se encuentra el biodiesel. La Argentina ya aprobó la nueva ley de biocombustibles y empezó a tomar en serio el asunto. No es para menos.
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Santa Fe representa el 11% de la demanda total del mercado eléctrico mayorista, con un crecimiento que ronda el 5%.
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