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 sábado, 20 de mayo de 2006  
Mercados. Es la respuesta a la "autolimitación" que acordó el gobierno con exportadores
Molinos brasileños pedirán bajar el arancel común del Mercosur
Duro cruce de acusaciones entre los presidentes de las entidades molineras de Argentina y Brasil

Fabiana Monti / La Capital

Mar del Plata (enviada especial).- Los molineros brasileños le pedirán al gobierno de Inaçio Lula da Silva que rebaje el arancel común interno del Mercosur para importar trigo de terceros países. Así lo aseguró Samuel Hosken, presidente de la Asociación Brasileña de la Industria del Trigo (Abitrigo) durante la última jornada del congreso "A todo trigo", que cerró ayer en Mar del Plata durante dos días.

El industrial brasileño aseguró que los molineros de su país se vieron sorprendidos por las noticias conocidas el jueves sobre la "autolimitación" de las exportaciones del cereal de invierno por parte de la Argentina, y se manifestó enfático con la necesidad de que existan reglas claras entre ambos países para poder dar transparencia al negocio.

El gobierno argentino acordó con los exportadores "autorregular" la exportación de trigo en siete millones de toneladas, lo que permitiría garantizar el abastecimiento del mercado interno sin que impacte en precio del consumidor al quitarle presión al valor del cereal sobre el que existe una fuerte demanda del exterior.

Como parte de las medidas para evitar que la fuerte demanda por el cereal impacte en el precio interno del pan, el gobierno pidió a los exportadores que limiten sus ventas y cerró por 24 horas el registro de exportaciones. También elevó indirectamente las retenciones, al subir el precio FOB oficial sobre el cual se calculan los tributos en más de un 20%.

Las medidas alimentaron el tradicional clásico entre los vendedores locales y los compradores brasileños. Abitrigo agrupa al 87% de la industria molinera del vecino país. Hosken, su presidente, dijo que la entidad está haciendo un relevamiento de la cantidad de mercadería que necesita para abastecerse y, en el caso de que el lunes no se retomen las exportaciones, le pedirán formalmente a su gobierno que interceda ante el Estado argentino para la rebaja del arancel común interno.

El pedido se sustenta en que el arancel común encarece la importación de trigo de terceros países, convirtiendo a los molineros de Brasil en clientes cautivos de los productores argentinos.

"Tenemos comprados tres millones de toneladas y estimamos que necesitamos importar de Argentina alrededor de seis millones de toneladas", calculó Hosken, quien aclaró que también le pedirán que se reduzcan los aranceles extrazona para las harinas, porque si no "esto tendrá un impacto en el consumidor brasileño de alrededor de un 30%" en el precio de los productos como el pan o los fideos.

En rigor Brasil importa el 90% de su trigo desde la Argentina.


Cuestiones de fondo
"La pregunta es cómo los dos países van a comportarse ya que hoy Argentina quiere limitar pero mañana quiere vender más", profundizó el industrial e hizo hincapié en la necesidad de establecer un programa de socios -entre Brasil y Argentina- de largo plazo. "Las reglas del Mercosur son las mismas para los dos lados, para comprar y para vender, si hay reglas específicas para que Brasil no pueda comprar esto no es Mercosur".

Por su parte, el presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (Faim), Alberto España, respondió a los reclamos de su par brasileño, quien en su presentación en el panel sobre la demanda de trigo, se refirió la situación de subfacturación y evasión de los molinos argentinos.

"No nos consta esta situación, pero en el caso de que suceda estamos dispuestos para que hagamos en forma conjunta un seguimiento del tema junto con las autoridades correspondientes argentinas", contestó.

El titular de Faim consideró lógica la decisión de sus pares de tomar medidas en el caso de que se suspendan las exportaciones, y reivindicó el papel jugado por los molineros argentinos "que han tenido un comportamiento ejemplar porque lo que va del año no han aumentado la harina".

El industrial, quien asistió a la reunión que se realizó el jueves con la ministra de Economía, Felisa Miceli, con industriales y exportadores, desmintió que se hubiera hablado de suspender las exportaciones y consideró que la autolimitación de ventas es una medida "cautelar" para que se acomoden los mercados ante los fuertes rumores del miércoles.

"Lo que la ministra hizo fue pedir a la molinería y a los exportadores cómo estaban los stocks, cómo veían la llegada hasta la cosecha y cómo veían el panorama de precios. No es una novedad que esto iba a suceder, pero nosotros no podíamos tomar una decisión previa, porque compramos trigo de acuerdo a nuestra capacidad económica", advirtió España.

En cuanto al futuro de este mercado, el empresario aseguró que va a depender de la conciencia que tengan "tanto el sector del consumo como el de la exportación".
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La industria molinera, en el centro de la pelea.

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