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| sábado,
20 de
mayo de
2006 |
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Charlas en el Café del Bajo
-Es cada vez más alarmante la falta de respeto hacia la vida del prójimo y ello se pone de manifiesto en todos los ámbitos y espectros de la sociedad. Hay cantidades de trabajos que, en lugar de dignificar al hombre (tal como es el objetivo de la labor diaria), lo degradan. Trabajos que el ser humano tiene que realizar por la sola necesidad de sobrevivir y los que debe aceptar silenciosamente en condiciones deplorables, viviendo a sabiendas que la tarea que está realizando enferma su organismo y atenta contra su dignidad.
-Sí, usted tiene razón, pero cuando se tiene una familia que alimentar, un alquiler e impuestos que pagar y todo lo demás, en ocasiones hay que bajar la cabeza y como se dice habitualmente "ponerle el pecho a lo que venga".
-Hay un hecho que no ha sido demasiado difundido, pero que debería serlo por la magnitud del daño ocasionado. Me refiero a la limpieza del sitio donde se llevó a cabo el atentado a las Torres Gemelas. Por cierto para el trabajo de la remoción de escombros se contrató a inmigrantes de Europa del Este, muchos polacos y la mayoría ilegales. Ahora bien, se les mintió asegurando que no había peligro alguno de contaminación o intoxicación por amianto.
-Eso es tremendo, puesto que según tengo entendido quien se intoxica por la inhalación de dichos gases venenosos sufre distintas alteraciones.
-Por supuesto, fíjese usted que a cuatro años de ocurrido esto, ya han muerto 19 personas, 600 han pedido asistencia médica, alrededor de cincuenta están en una fase terminal y quien sabe cuántas más deberán recurrir a centros asistenciales ya que se calcula que esta tarea fue realizada por apoximadamente tres mil trabajadores. Esto es entendible, ya que la paga era de 23 dólares la hora y se trabajaba hasta doce horas diarias. Pero aquí hay que hacer mención a otro problema: como la mayoría eran ilegales, no podían asistirse en centros médicos estadounidenses por temor a su condición ante la ley y entonces tuvieron que regresar a su país para hacerse atender o morir.
-¡Qué ironía! ¿Justo en Estados Unidos donde se supone que tienen asiento importantes organizaciones defensoras de los derechos humanos? ¿Justo en el país que es la primera potencia?
-No cabe duda de que esta actitud ha sido realmente inhumana, sabían que toda esa gente iba a tener, con el paso del tiempo, una embolia pulmonar, que los gases venenosos les iban a atacar las glándulas tiroides, que podían padecer carcinomas, asbestosis y como si esto no importara permitieron que realizaran el trabajo sin tomar las precauciones de seguridad que el mismo reclamaba.
-O sea que esos edificios que se veían tan imponentes fueron finalmente una trampa mortal no sólo para las víctimas que se encontraban trabajando en su interior ese fatídico 11 de setiembre, sino también para los que después aceptando un trabajo que resultaba redituable se ocuparon de su limpieza.
-Efectivamente: las Torres Gemelas contenían en su interior más de mil toneladas de amianto que servían para proteger las cañerías. Esto sumado a los otros elementos que quedaron esparcidos formaron esa "nube rosa" que todos vimos a través de la pantalla y que, desde lejos, consideramos destrucción sin sentido. Todos nos sentíamos consternados por tantas muertes de seres inocentes. Lo que no alcanzábamos a vislumbrar es este otro aspecto, lo que seguía después. Hoy, al enterarnos de esta noticia, seguimos consternados al saber que los poderosos de siempre y de todos los lugares recurren a la mano de obra de los necesitados para el trabajo sucio, sin tener el más mínimo sentimiento de amor, solidaridad.
-Amor, solidaridad, dos palabras para reflexionar sobre cómo esos conceptos se van perdiendo. La gente se va alejando a pasos agigantados de lo que debería ser el sentido primordial de la vida.
-Bueno, pero terminemos diciendo que este es un hecho ocurrido allá, un tanto lejos, que se conoció por diversas denuncias, pero si nos fijamos a la vuelta de casa vamos a encontrar empresarios inescrupulosos que en menor escala hacen lo mismo con la gente a su cargo, sin tener en cuenta horarios, normas de seguridad, legalidad en el trabajo, falta de reconocimiento a lo que se considera insalubre. Como esos pobres trabajadores inmigrantes, esta sociedad tiene, también, órganos muy enfermos.
Candi II
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"El 25 iré a Plaza de Mayo a apoyar a Kirchner aunque los zurdos y los montoneros no quieran"
Luis Barrionuevo
Diputado nacional (PJ)
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