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domingo,
14 de
mayo de
2006 |
Estrategias de marketing
Roberto Maldonado pasó su vida en los circos. Empezó haciendo mandados para los artistas, luego fue portero, acomodador, boletero y secretario, hasta que comenzó a hacer trámites para traer circos a Rosario (entre otros, al célebre circo Raluy). "Cuando empezamos era todo un acontecimiento la llegada del circo -apunta-, ahora los medios no nos dan ni la hora. Eso es porque los espectáculos son malos también. Los mismos cirqueros han hecho macanas que no favorecieron la imagen de los circos. ¿Vieron que a veces los animales se escapan de los circos? Eso es publicidad gratis. Sueltan al elefante un par de cuadras, total saben que es buenísimo y no le va a hacer mal a nadie. Entonces van todos los medios y la noticia sale por todas partes. Es un recurso tan viejo como el circo. Ya en uno de los primeros circos que vi recuerdo como salían con el megáfono y la jaula con las hienas por calle Sarmiento y en un momento, en pleno centro, se les rompió el vehículo con los animales. Se detuvo el tránsito y lograron que todo el mundo fuera al circo."
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