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 domingo, 14 de mayo de 2006  
candi
Charlas en el Café del Bajo
-"Lamentablemente, muy lamentablemente, señor senador Carlos Alberto Reutemann, es muy probable, casi con seguridad, que arrecien en los próximos tiempos las críticas contra usted por parte de ciertos grupos políticos. Es lógico que así sea en el marco de los cánones de la política argentina. Y es lógico no porque usted se merezca tales críticas (ni los propios críticos creen en lo que dicen) sino porque la estrategia ha sido utilizada y seguirá siendo utilizada en este país como forma de desprestigio. ¿Por qué? En su caso, y sin menoscabo de otra figuras que también tiene el justicialismo y que merecen ser rescatadas, diré que porque usted es una de las pocas personas, sino la única, que puede llevar al triunfo al justicialismo santafesino. Si fuera don Juan de los Palotes nadie se ocuparía de usted. Como se sabe, en este país abundan las disputas, las críticas a veces ácidas e injustas de muchos dirigentes, lo que no abunda son invitaciones al diálogo para elaborar proyectos que saquen a la gente de la angustia en que se encuentra.

-Se cae de maduro que está siguiendo con la carta a Reutemann.

-Siguiendo, le recordaré que hace muchos años, cuando usted aún no había decidido si entraría en el mundo de la política, un periodista de una radio de la vecina ciudad de Villa Constitución, y a la sazón también un simple colaborador de la Municipalidad de esa ciudad, le hizo una entrevista. Al final de la misma y en "off" usted, fiel a su estilo de recabar información y sondear todo para tener un panorama certero de las cosas, le hizo una pregunta: ¿Y cómo tomará la dirigencia justicialista de las segundas y terceras líneas mi irrupción en el partido? Y la respuesta fue la siguiente: No sólo la dirigencia de esas líneas lo aceptará, sino la militancia, porque hay una primera línea impresentable que flaco favor le hace al partido. No hace falta que le diga que tal persona hablaba de la tristemente célebre "cooperativa". Hoy, estoy seguro de que la historia vuelve a repetirse: usted no tiene decidido aún si será candidato a gobernador (como muchos -para salvarse ellos- se lo piden), estoy seguro de que no ve la cosa tan clara y además es probable (sólo probable) que se pregunte: "¿Cómo reaccionará la militancia peronista y el pueblo santafesino si irrumpo con nueva y buena gente, con nuevas figuras?" Seguramente aquel periodista le respondería: "Lo tomarán con alegría, porque algunos de los que están dando vuelta ya son impresentables."

-Uy, uy, uy.

-Por otra parte, una cuestión que deberían aceptar muchos peronistas influyentes es que la ideología o el pensamiento político, sean estos de izquierda, centro o derecha, no tienen ascendencia determinante sobre la consecución del fin último que persigue todo hombre de Estado: la paz interior del ser humano. Ello así, porque este propósito sublime no deviene, en esencia, de un cálculo racional, sino de una virtud, es decir de una cualidad espiritual que es la inclinación hacie el bien. El destacado psiquiatra y psicólogo judío Viktor Frankl, al que alguna vez aquí nombramos, descubrió algo muy simple pero muy profundo en el dolor de los campos de exterminio, algo que en los claustros universitarios había estudiado pero no había comprendido cabalmente: en el mundo sólo existen dos clases de personas: las buenas y las malas. Todo lo demás es una mera ilusión creada por el hombre, un espejismo modelado por el egoísmo o una infeliz discriminación. De modo que mirar de reojo a una persona porque "no es peronista" "es de derecha" o "es de izquierda" o es... convierte a quien así observa al ser humano en un bárbaro discriminador y a quien recibe la ofensa a lo peor que le puede suceder a un ser humano altruista: no aportar su bondad y talento a favor del pueblo. Deseo dejar constancia que durante su gobierno, usted -tildado por algunos de hombre de centroderecha (¿?)- dio lugar a personas de izquierda que conozco y que prestigiaron su gestión y que actualmente prestigian la función que desempeñan. Para terminar, y como difícilmente pueda hacerlo personalmente, le deseo que propios y extraños dejen de atacarlo injustamente (especialmente le deseo que no beba del cáliz amargo que imponen los traidores), que exista unidad en la diversidad para la felicidad del pueblo y que Dios lo inspire y acompañe en todo, especialmente en la labor de ayudar a los ciudadanos que no tienen paz interior. Candi".

Candi II

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"No tengo dudas de que el peronismo va a triunfar en Santa Fe en 2007 y que Unión volverá a primera"
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