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domingo,
30 de
abril de
2006 |
Fallo de la Cámara de Casación Federal por la sentencia contra un transportista rosarino
Anulan condena por narcotráfico
ante irregularidades en el juicio
Hace un año, a Ariel Luraschi le dieron 7 años de prisión tras un proceso en cuyo fallo se criticó seriamente
el accionar de la policía provincial y de Gendarmería. Ahora deberá realizarse un nuevo juicio oral y público
Ariel Etcheverry / La Capital
Una de las más controvertidas, irregulares y cuestionadas investigaciones por narcotráfico se debatirá nuevamente en los Tribunales Federales de Rosario. La sala II de la Cámara de Casación declaró nula la sentencia a 7 años de prisión impuesta en 2005 al transportista Ariel Gitano Luraschi, al que se lo acusó por tráfico y comercialización de drogas, y ordenó la realización de un nuevo juicio oral y público por considerar que en su momento se hizo una "errónea" valoración de las "débiles" pruebas en contra del imputado. La resolución del tribunal de alzada también dejó abierta la posibilidad para que se diera una situación insólita: que finalmente se entienda que no hubo delito (ver aparte).
Luraschi fue declarado culpabale por el delito de tráfico y comercialización de estupefacientes y condenado en un fallo dividido firmado el 9 de mayo de 2005 por el Tribunal Oral Nº1. Los jueces Laura Inés Cosidoy y Santiago Harte votaron a favor de la condena, mientras que Otmar Paolucci firmó en disidencia con sus colegas, al entender que se lo debía absolver por el beneficio de la duda. En aquella sentencia se expusieron serios reproches al accionar del personal de las dos fuerzas de seguridad que participaron en la investigación.
Por un lado, los jueces pidieron al fiscal de turno que investigue a altos funcionarios de la Dirección de Drogas Peligrosas de la provincia por desatender importantes líneas de investigación. A dos oficiales los acusaron de falso testimonio y de incumplimiento de los deberes de funcionario público. Por el otro, dos jefes de la sección Inteligencia de Gendarmería Nacional quedaron sospechados, por cruces de llamadas telefónicas, de tener vinculación con un presunto narco oriundo de Salta.
El proceso que lo puso a Luraschi en el banquillo de los acusados comenzó el 4 de septiembre de 2003 cuando el Escuadrón Salta de Gendarmería interceptó en el Correo Central de esa capital dos encomiendas remitidas desde Orán cuyos destinatarios eran un hombre y una mujer domiciliados en Rosario. Los paquetes quedaron bajo sospecha luego de ser pasados ante el escaner, mediante el cual se vio que podrían traer alguna sustancia prohibida. Por eso, y con la autorización del juez federal salteño Abel Cornejo, los bultos fueron abiertos y se hallaron dos panes de clorhidratro de cocaína que pesaban dos kilos.
A partir de ese momento se abrió la investigación para detectar a los receptores de los paquetes en Rosario. Según se comprobó durante el juicio realizado el año pasado, el juez Cornejo dispuso una operación denominada de "entrega controlada". Se trata de un mecanismo previsto en la ley de estupefacientes Nº23.737 que excepcionalmete se aplica con el propósito de conocer los distintos correos para llegar a los compradores y organizadores del tráfico. La intención es acompañar y controlar en forma discreta el transporte y tomar los recaudos suficientes para evitar la pérdida de la mercadería y la fuga de los delincuentes, además de garantizar la persecución penal contra los involucrados.
Ladrillos por drogas
Pero Cornejo decidió incautar la droga y colocar en reemplazo dos ladrillos de construcción. Los dos paquetes siguieron viaje a Rosario, vigilados por Gendarmería, y quedaron a la espera de sus destinatarios en el correo de Córdoba y Buenos Aires. Según fuentes judiciales, mientras los gendarmes aguardaban novedades, el juez de Instrucción rosarino Omar Digerónimo recibía el oficio de su par salteño con la novedad. Mientras tanto, una investigación supuestamente paralela de la Dirección de Drogas de la policía provincial supo de la presencia de un paquete "sospechoso" en el correo y presentó escuchas telefónicas en las que las que el Gitano Luraschi aparecía vinculado.
Entonces se dio una situación poco frecuente: dos fuerzas de seguridad investigaron la misma línea narco. Fueron los agentes rosarinos quienes pidieron la orden para abrir los paquetes. Luraschi fue detenido poco después, al igual que los destinatarios de las cajas, quienes nunca se presentaron en el Correo para retirarlas.
Frente al fallo del año pasado, la abogada defensora de Luraschi, Susana Zulkarneinuff, presentó un recurso de casación para que la causa judicial sea revisada en base a las irregularidades detectadas en la instrucción. La Sala II del tribunal superior se expidió a principios de marzo. Ahora el caso volverá a debatirse frente a un tribunal, en este caso sería el Nº2.
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Fotos
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Los jueces del tribunal rosarino que firmaron la condena en u fallo dividido.
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